Luego de una semana de batalla en la Copa Mundial de Beisbol Sub-23, la Selección Nacional de Beisbol Superior arribó ayer con el compromiso de seguir trabajando, pues aseguran se puede dar más en la cita exigente que dejó a Nicaragua en el sexto lugar.
Así lo aseguró Jorge Luis Avellán, mánager del equipo nacional.
“Creo que pudimos haber avanzado más, fallamos en algunas cositas pero es parte del juego. Fue un torneo exigente, con un gran nivel, se avanzó a la segunda ronda, pero no nos pudimos meter en la pelea por las medallas, pero no solo nosotros sino Taiwán”, expresó Avellán.
Nicaragua clasificó a la segunda ronda, y en su primer choque, le quitó el invicto a Panamá, pero luego tropezó de manera dramática ante México y Corea.
“Se falló en algunas cositas a la defensiva, en algún momento se nos cayó el picheo, un par de veces se corrió mal en bases. Fue una nueva experiencia, lo importante de esto es que demostramos que los equipos no son realmente superiores a nosotros, en todos los juegos, a excepción de Japón, estuvimos elevando nuestro nivel”, agregó Avellán.
Avellán también destacó el trabajo individual de algunos peloteros. “César Díaz, Ronald Rivera, Sandy Bermúdez, Marlon Altamirano y Jason Aburto hicieron un gran trabajo y tenemos talento en nuestro país”, finalizó Avellán.
Javier Robles también habló. “Doy gracias a Dios porque a pesar que no tuvimos un excelente torneo, tampoco fue malo. Medimos nuestras cualidades como pasó ante Panamá a quien le quitamos el invicto. No se pudo lograr la medalla, pero nuestros rivales vieron que tenemos el nivel”, expresó.
Robles resaltó que “pese a iniciar mal con dos derrotas, siempre fuimos positivos, Taiwán fue duro, pero le ganamos en esa primera ronda”.
Emocionado
César Díaz se mostró emocionado hasta las lágrimas por el trofeo conseguido como Líder Empujador en el Mundial con 17.
“Les prometí a mis padres que algo me traería, pero con las manos vacías no me venía”, dijo Díaz, mientras su voz se quebraba y rodaban lágrimas en sus mejillas.
A como otros jugadores, Díaz fue recibido por sus padres, Estela y César, y familiares, quienes lo llenaron de besos y abrazos, mientras sostenía orgulloso el trofeo en sus manos.