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Ciudad Antigua

Francisco Quintanilla, delegado de la Palabra de Dios en comarca La Magdalena, Ciudad Antigua, señala a efectivos del Ejército como presuntos autores del triple asesinato en Ciudad Antigua. LA PRENSA/M. ESQUIVEL

Temor en comarcas de Ciudad Antigua

El estallido de una bomba y los disparos en ráfagas que María de la Paz Medina dice haber escuchado el 6 de noviembre, aún le causan temor.

El estallido de una bomba y los disparos en ráfagas que María de la Paz Medina dice haber escuchado el 6 de noviembre, aún le causan temor. Medina regresaba a su casa después de haber depositado su voto, cerca del cerro El Mojón, cuya comarca donde habita lleva ese mismo nombre y es vecina de la comarca La Magdalena, Ciudad Antigua, de donde horas después supo Medina, provenían los disparos que escuchó por la mañana.

También, el delegado de la Palabra de Dios, en La Magdalena, Francisco Quintanilla, confirma que después de este suceso los miembros de la comunidad están atemorizados y él piensa además que en esas comunidades no hay seguridad.

Esto “porque la misma Policía es capaz de ultrajarnos (…), creemos que es algo injusto, ante la ley de Dios es una injusticia, no pensaron en lo que hicieron ellos con estos cristianos, hacer lo que hicieron como si eran animales y dejarlos tirados”, criticó Quintanilla.

Ese domingo 6 de noviembre, los disparos y sobre todo el estruendo de la bomba, llevaron a Medina a meterse “rapidito a la casa”, de la que ya nadie de su familia volvió a salir. Fue por ello que hasta a eso de las 7:00 p.m., del domingo, fue cuando conoció las consecuencias de ese estallido que la preocupó: tres hombres habían sido asesinados.

Medina comenta que la saña con que les quitaron la vida a José Nahúm Mendoza, Margarito Mendoza y Armando López, podía verse en sus cuerpos. Medina alegó que las víctimas eran gente trabajadora, de buena familia, por lo que rechaza la versión oficial de que se trataba de narcotraficantes.

Quintanilla, por su parte, afirmó que la Policía siempre les ha visitado en la comunidad, no así el Ejército.

“El Ejército hasta el sábado entró y ya fue que se posesionó para venir hacer esta trastada”, afirmó Quintanilla, quien insistió: “El Ejército fue el que hizo el abuso (…), entró el sábado por la comunidad Magdalena Dos (en sector opuesto de donde está el cerro El Coyol), se había puesto en un punto como esperando… El día domingo hizo la acción”, reiteró Quintanilla, quien dijo que esta situación mantiene atemorizados a los miembros de su comunidad “al ver el desastre”.

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Cerro El Coyol, Ciudad Antigua
En el caserío cercano al cerro El Coyol, jurisdicción de Ciudad Antigua, sus pobladores temen que haya más víctimas. LA PRENSA/M. ESQUIVEL

Ejército sigue callado ante graves señalamientos

La semana pasada el vocero del Ejército, coronel Manuel Guevara, evitó pronunciarse sobre los señalamientos que le hacen los campesinos del lugar.

Guevara alegó en esa ocasión que la Policía ya había emitido una versión al respecto, en referencia a la aseveración de que se trataba de un pleito entre narcotraficantes.

Quintanilla demandó: “Que nos respeten nuestra dignidad (… ), que las autoridades (…) empiecen a respetarnos porque yo me imagino que la Policía y el Ejército son para que cuiden, no para que vengan a hacer esos desastres”.

Luis Arturo Cálix Hernández, miembro del Consejo de Comandantes por la Paz (ex Contra), aseguró que en ningún momento cree que hayan sido delincuentes los tres asesinados, porque a los fallecidos los conocían como trabajadores de la tierra.

“Esto es sorprendente (…), cuando se dice que estamos en paz y que se está viviendo en un país libre (…) vemos que la realidad es otra”, dijo Cálix, tras apuntar que paulatinamente los exmiembros de la Resistencia Nicaragüense han venido sufriendo una guerra silenciosa.

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Quitar la vida “es un pecado grave”

El presbítero Santiago Aguirre, párroco de Ciudad Antigua, quien el viernes acompañó a los familiares y vecinos a entregar un escrito en la delegación policial de la localidad para que se diga la verdad de lo ocurrido el 6 de noviembre, manifestó que en el lugar “la gente está muy consternada”, tras la ocurrencia del triple crimen.

El párroco recordó que quitar la vida de una persona “es un pecado grave” y quitarla solo es potestad de Dios. Por esto, consideró el religioso que “la persona que lo hizo (el triple crimen) está fallando al plan de Dios”.

Nacionales Ciudad Antigua Nicaragua archivo

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