14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

LA PRENSA/ARCHIVO

Carlos Mejía Godoy el cantautor nica que recibirá el Grammy

Así Carlos, el poeta musical de nuestra patria, ha cantado, ha luchado, ha sido insurgente revolucionario. Una estela de canciones lo persigue y otras tantas se albergan en su sonrisa y su entrecerrada mirada.

Con los ojos semicerrados y una sonrisa picaresca va Carlos imaginando un río, un pueblo, un rostro de mujer, un niño cara sucia, un picadito alegre, un rudo rostro campesino, tal vez un cristo, un hombre churepo o un país entero con hambre y sin empleo.

Tararea de pronto, mientras la escritura musical pinta el paisaje natural y humano de esta su Nicaragua, Nicaragüita. Con ternura, con pasión, con amor.

Así Carlos, el poeta musical de nuestra patria, ha cantado, ha luchado, ha sido insurgente revolucionario. Una estela de canciones lo persigue y otras tantas se albergan en su sonrisa y su entrecerrada mirada.

En esa persecución, también un premio Grammy por su continuada y fecunda creatividad sin música y sin son, lo premia y lo estimula, un Grammy que suena mundialmente y que tiene son y eco, eco que dice Carlos Mejía Godoy, el cantautor nicaragüense, el compositor, la mejor rosquilla de Somoto.

A Carlos lo conocí recién llegado de Europa, estudio dominio escénico o algo parecido. Se estudia para músico, pero para compositor no lo creo, así lo he sentido en carne propia cuando sin tocar guitarra o pitoreta alguna.

La inspiración aparece a veces sin llamarla, como un duende travieso que se posa en tu mente y empiezas a tararear una música o a escribir una letra, que vas ligando y sin planearlo haces una canción, un bolero, una cumbia, un chachachá, pero no puedo, ni podré nunca hacer un rock, me nace un corrido, una bachata pero jamás un rap.

Recién venido Carlos de las Europa, Fabio Gadea me llegó a visitar a mi Agencia de Publicidad para decirme que había un joven creativo, compositor, actor, bailarín, escritor, cantor, agradable, simpático, picaresco y trabajador, solamente le dije: No tengo plata para pagar un genio —en realidad empezaba mi agencia—.

Cuando el Teatro Nacional Rubén Darío, le hizo un merecido homenaje por su obra musical, yo era directivo del Teatro y ofrecí el acto a Carlos, era una oportunidad de reconocerle mi admiración y aprecio, y sobre todo mi respeto profesional.

Hace menos de diez días, asistí a la presentación musical de Ofilio Picón, otro gran músico nicaragüense, Carlos estaba distante unas cuantas sillas. Lo vi frenéticamente luchando con un lapicero sobre una hoja de papel, pensé: está disperso y no oye la música, pero no está escribiendo, está como rayando el papel, qué extraño.

Terminó el recital y en ese momento Carlos llegó para obsequiarme un perfil mío, acertado y bien hecho, al agradecerle pensé ¡también dibuja este jodido!
Después del abrazo siguió de frente con su sonrisa habitual y sus ojos semicerrados, rumbo a recoger el Grammy o a cantarle una nueva canción a Nicaragua.

Cultura Carlos Mejía Godoy archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí