Con el propósito de dar condiciones a los comerciantes que se quedaron en la terminal Santiago de Jinotepe, Izamar del Carmen Martínez construye 15 tramos en la propiedad de su familia, que se ubica en la parte sur de la improvisada parada de buses del Mercado Jorge Matus Téllez.
Martínez contó que en mayo se reunió con los vendedores para construir los tramos y que ellos se comprometieron a pagar una cuota mensual de 150 dólares por el uso de los mismos.
“Ellos (los comerciantes) querían un lugar para seguir con su negocito y llegamos al acuerdo de construir algo sencillo”, especificó Martínez.
Comentó que no contrató a un arquitecto o ingeniero, porque no tiene cómo pagarles y que un albañil es quien ejecuta la obra, valorada en aproximadamente 25 mil dólares.
Carolina Argüello tiene un comedor en la vieja parada, que aún presta las condiciones; los transportistas eran su mayor clientela, pero al no haber buses ahí, se ha visto obligada a ir a vender la comida que prepara en la terminal del nuevo mercado.
“Los módulos que se están haciendo es a petición de nosotros, pero al ver la incertidumbre que las autoridades no nos dan respuesta, le pedimos a ella (Izamar) que nos hiciera algo provisional”, sostuvo.
Sobre la acera de la improvisada parada, que carece de condiciones, por no haber bancas, techo, ni baños, hay alrededor de 30 tramos pequeños forrados con plástico negro y ripios de madera. No todos esos comerciantes tienen la capacidad de alquilar tramos.
No todos pueden
Róger González vende muebles en uno de los 30 tramos en la parada de buses del Jorge Matus Téllez. Al preguntarle si estaría dispuestos a alquilar uno de los tramos que se construyen dijo: “Somos de bajos recursos, con costo conseguimos para el pago de la Alcaldía y los gastos de la casa. El mueble se mueve una pieza al día y a veces paso tres días sin vender, quedaría mal si alquilo un tramo”.
La gente que se gana la vida vendiendo cualquier tipo de producto en la acera de la terminal paga 20 córdobas diarios de impuesto a la Alcaldía.