La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), informó que han sido eliminados los exámenes de ingreso para estudiar 24 carreras universitarias.
A partir de ahora, para ingresar a la universidad y cursar esas carreras bastará que el estudiante presente diploma de bachiller y una nota mínima de 60 puntos en las asignaturas de matemáticas y español.
Según los voceros de la UNAN-Managua, esta medida es para alentar a los bachilleres a estudiar carreras profesionales que son de poco interés para ellos, pero de mucha importancia para el país. Y dicen que en todo caso, los exámenes de admisión se mantienen para las carreras que tienen mucha demanda habitual como son las de Medicina y Derecho.
Académicos y expertos independientes en educación superior señalan que el verdadero propósito de esta medida es evitar la noticia, repetida todos los años, del fracaso masivo de los bachilleres en los exámenes de admisión por causa de la deficiente educación primaria e intermedia; y advierten que con la eliminación de los exámenes de admisión se está condenando a la educación universitaria en Nicaragua —cuya calidad ha sufrido un gran deterioro en los últimos años— a una mayor degradación en perjuicio de los mismos intereses nacionales que supuestamente se pretende promover.
Pero también hay una motivación populista y seudo socialista tras la decisión de suprimir los exámenes de admisión a los estudios universitarios, o reducirlos a una mínima expresión. Sus promotores creen que así promoverán la igualdad social y facilitarán que los estudiantes de familias pobres tengan la misma posibilidad de estudiar en las universidades, como la tienen los de familias ricas.
Esto es una aberración. La formación universitaria, por su propia naturaleza y propósito tiene que ser de la mayor calidad posible y por lo tanto los requisitos de ingreso a la universidad han de ser sumamente rigurosos.
Las mejores universidades del mundo se distinguen precisamente por sus exigentes exámenes de admisión. Las universidades de Harvard, Stanford, Berkeley, Cambridge y el Instituto Tecnológico de California, son las mejores instituciones de educación superior en el mundo no solo porque tienen los mejores profesores, realizan investigaciones de avanzada y egresan profesionales excepcionalmente calificados, sino también porque sus exámenes de admisión son muy rigurosos, no aptos para cualquier estudiante.
Está claro que ninguna universidad de Nicaragua puede aspirar a que se le incluya en la lista de las 500 mejores del planeta que figuran en el Ranking Académico de Universidades del Mundo. Pero al menos debería haber el propósito de mejorar lo que se tiene en el país en el campo de la educación universitaria, que antes era respetable y ahora es deplorable.
Lamentablemente, de un régimen populista y seudo socialista como el de Daniel Ortega solo se puede esperar medidas que empeoren la educación en todos sus escalones, incluyendo el universitario. De allí que los expertos digan que con medidas como la supresión de los exámenes de admisión la educación universitaria va a la deriva. Inclusive se puede decir que la están llevando de lo malo a lo peor.