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Calidad de servicio en el IoT

Esta gestión de la calidad de este tipo nuevo de tráfico con requerimientos especiales debe ajustarse a un conjunto de nuevos indicadores de desempeño claves y requiere de arquitecturas nuevas de red.

De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el internet de las cosas (IoT) puede definirse como una infraestructura de red global dinámica con capacidad de auto configuración basada en protocolo de comunicación estándar e interoperables donde objetos físicos y virtuales poseen identidades, atributos físicos y personalidades virtuales, utilizan interfaces inteligentes y están perfectamente integrados en la red de información.

Una consecuencia directa del desarrollo del IoT es la hiperconectividad y la generación de grandes cantidades de datos, donde cada objeto físico o virtual conectado al IoT puede tener un doble digital en la nube, que podría generar actualizaciones periódicas y como resultado un inmenso volumen de tráfico que es necesario gestionar con calidad dado el incremento del valor de la información generada.

Esta gestión de la calidad de este tipo nuevo de tráfico con requerimientos especiales debe ajustarse a un conjunto de nuevos indicadores de desempeño claves y requiere de arquitecturas nuevas de red, que traen consigo su propio conjunto de retos, que desde ya establecen ciertas tendencias tecnológicas y que sin duda requerirán de recomendaciones adicionales a las recomendaciones del sector T de la UIT, tales como las: E-800, G-1000, G-1010, I.350 e Y.1540, todas ellas relativas a la calidad de servicio (QoS).

Desde el punto de vista del usuario, la calidad de servicio se expresa mediante parámetros que:

  • Se centran en los efectos percibidos por el usuario, más que en sus causas dentro de la red.
  • Su definición no depende de las hipótesis del diseño interno de la red.
  • Tienen en cuenta todos los aspectos del servicio desde el punto de vista del usuario.
  • Se describen en términos independientes de la red e instauran un lenguaje común, que comprenden tanto el usuario como el proveedor de servicio.

Visto lo anterior, es posible identificar, para los próximos años, una serie de diferentes macrotendencias que darán forma a las futuras arquitecturas de red que soportará el IoT y que podrán garantizar la calidad de servicio de forma exitosa, teniendo presente que al usuario no le interesa saber cómo se presta el servicio ni los aspectos del diseño interno de la red, pues solo le importa la calidad total del servicio de extremo a extremo.

En principio, la explosión del volumen de datos recogidos, intercambiados y almacenados por lo objetos IoT interconectados requerirá nuevos métodos y mecanismos para buscar, recoger y transmitir datos. Esto desde luego va a requerir grandes capacidades de procesamiento, almacenamiento y eficiencia energética de todos los dispositivos.

En segundo lugar, la investigación está en busca de dispositivos y sistema autónomos de ultra baja potencia desde el más pequeño dispositivo inteligente hasta los centros de datos de gran tamaño que se autoabastecerán de la energía que necesitan.

En tercer lugar, la miniaturización de los dispositivos también se está produciendo a una velocidad increíble, y en cuarto lugar, la tendencia es hacia la autonomía y el reparto responsable de los recursos. La complejidad creciente de los sistemas, que pueden incluir dispositivos móviles, será difícil de manejar y dificultará la creación de nuevos servicios y aplicaciones, a menos que el sistema muestre una autonomía, a nivel de autogestión y autoconfiguración.

Desde luego la calidad de la conectividad y de los servicios deberán ser crecientes en tanto el valor de la información y los resultados del procesamiento de la misma alcanza escenarios de gran importancia social, tal como el manejo de redes eléctricas inteligentes, sistemas inteligentes de salud pública, redes inteligentes de transporte, sistemas inteligentes de educación y la clave para lograr esa creciente calidad en la conectividad y en los servicios, es la continua investigación y desarrollo que impulsa el ciclo de innovación mediante la explotación de los resultados para traer nuevas tecnologías al mercado y por lo tanto nuevas aplicaciones industriales y de otros tipo.

*Consultor
[email protected]

Economía telecomunicaciones archivo

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