Pescadores de la comunidad Pie de Gigante en Tola, Rivas demandan la necesidad de crear una zona marina de vida y desarrollo, ya que el ecosistema acuático se ha visto afectado por la pesca a través de bombas, que desarrollan pescadores foráneos.
Desde Corinto, Masachapa, Pochomil, Casares y Huehuete llegan hombres a pescar a la costa de Pie de Gigante. El mecanismo que utilizan es de bombas artesanales, lo cual “afecta no solo a los pescados, sino a las tortugas, y a todo tipo de animales que ahí viven”, dijo Ivan Arriola Selva, pescador y líder de la comunidad.
La situación es más grave de lo que parece, ya que los comunitarios de Pie de Gigante tienen siete años de que los pescadores foráneos empezaron a llegar a su zona, debido a que sus propios lugares los habían afectado por el método que utilizan. “Esto se logró detener durante dos años, pero ahora están regresando y las piedras (arrecifes rocosos) apenas se están recuperando”, explicó Orlando Pineda, líder comunitario y pescador.
Pineda asegura que ellos si están conscientes sobre la necesidad de tener una pesca responsable, es por tanto que utilizan el anzuelo y el trasmallo-la red que lanzan al mar para pescar- durante sus faenas.
Pineda y Arriola representan un total de 1,200 pescadores organizados en la zona sur, del cual dependen sus familias, cada una conformada entre cinco a seis hijos, es por tanto que “lo que estamos demandando al Estado es que nos presten atención porque somos 1,200 pescadores sin incluir a la familia (…) y si esta situación –la explotación pesquera insostenible- continúa, en unos años no vamos a tener ni para nosotros”, dijo.
Arriola explicó que la ausencia del pescado es notoria. En los últimos tres meses “no sacábamos ni para comer, entonces dejamos de ir al mar para esperar que se restablezca un poquito las especies, sirviendo como veda”.
Aunque estos comunitarios han visitado las instancias correspondientes – Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), Instituto Nicaragüense de Pesca y Acuicultura (Inpesca), autoridades municipales, policía, etcétera, no han tenido eco en sus demandas.
La Zona Marina de Vida y Desarrollo ocuparía un área de 623,4 kilómetros cuadrados frente a la costa de Tola, la cual implica 21,6 kilómetros de costa y 15,5 kilómetros mar adentro.