Este viernes 18 de noviembre finalizó la COP22- Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y las acciones concretas que el mundo esperaba para alcanzar las metas propuestas acerca del cambio climático aún no se conocen.
Como parte de la proclama que se leyó en la ceremonia de clausura, se estableció la ratificación del compromiso de los más de 150 países participantes por “un cambio hacia una nueva era de implementación y acción sobre el clima y desarrollo sostenible”.
Mientras tanto, Nicaragua, sigue manteniendo su posición: no ratifica el Acuerdo de París, establecido en la COP21 en 2015, afirma Víctor Campos, Director del Centro Humboldt y participante de la Convención en Marrakech, Marruecos.
Nicaragua, en su discurso, hizo énfasis en la necesidad de acciones y financiamiento urgente.
“Si no hay acción y financiamiento urgente. Ahora que aumente el nivel de ambición de los 20 países de mayores emisiones que representan 78 por ciento del dióxido de carbono y el 76 por ciento de la economía mundial, las consecuencias serán graves ya que el nivel de compromisos actuales puede generar sinergias negativas entre las convenciones ambientales con más desertificación en lugar de reducirlas y una catastrófica pérdida de biodiversidad”, se lee en el documento.
Ante esto, Víctor Campos, afirma que al igual que Nicaragua, todos los países en desarrollo están de acuerdo que los fondos disponibles hasta ahora son insuficientes.
El financiamiento era uno de los aspectos esenciales de este encuentro. Ese establecimiento de una ruta que permita escalar el financiamiento climático hasta alcanzar la cifra de cien mil millones de dólares anuales, explica el Centro Humboldt mediante una nota de prensa. Mismo que debe ser accesible a los países más pobres y vulnerables, de forma que puedan invertir en agricultura climáticamente resiliente y productiva, y cubrir las demás necesidades de adaptación.
Para Víctor Campos, existe poca voluntad de avanzar en los mecanismos y procedimientos para la implementación del Acuerdo de París hacia el 2020. “Hay una inercia por retroceder en términos de la Convención, es decir, que las grandes economías siguen sin asumir sus responsabilidades históricas en el calentamiento global (…) escalar en los compromisos de financiamiento sigue siendo una de las principales debilidades”, expresó