Este sábado empleados de instituciones y obreros subcontratados trabajaban en la Avenida Bolívar en el montaje de lo que serán altares de la Purísima, que por orden de la primera dama, Rosario Murillo, se han convertido en una opulenta tradición del Gobierno, que inició desde 2009.
16 estructuras se alzaban a lo largo de esta avenida hasta llegar al Paseo Xolotlán. Tarimas de madera, estructuras metálicas e instalaciones eléctricas son parte de esta primera fase de lo que podrían ser más de cincuenta altares, según trabajadores.
“Tenemos orden de trabajar de lunes a viernes hasta que queden listas las estructuras, luego viene la gente que les decora, pero eso es ya de cada institución”, explicó un obrero, quien prefirió no dar su nombre. En el recorrido realizado por LA PRENSA solo se pudo identificar el altar de Enacal y el de la Alcaldía de Managua, que hasta ahora tienen los montajes más grandes, con estructuras metálicas y amplias tarimas.
Hasta la fecha, la única entidad del Estado que ha convocado un proceso de licitación para la construcción de un altar es la Empresa Nicaragüense de Electricidad (Enel).
La licitación fue convocada el pasado 11 de noviembre en La Gaceta, Diario Oficial. En esta se abre la participación para un proceso de licitación selectiva para el “Servicio de Diseño y Montaje de Altar para la Purísima”, la cual, según la publicación, será financiada con fondos propios.
La licitación selectiva corresponde a compras que oscilan entre medio millón y tres millones de córdobas, de acuerdo a la Ley 737 de Contrataciones del Estado, donde la entidad contratante, en este caso Enel, selecciona directamente a la empresa proveedora del bien.
Montajes costosos
El 22 de mayo pasado, LA PRENSA publicó una investigación en la que una exproveedora del Estado, Nohemí Pavón Gallard, reveló el costo de estos altares.
Gallard en esa ocasión confesó que ella estuvo a cargo del diseño y edificación de los altares del Ejército, el Ministerio de Educación, la Policía Nacional, la Empresa Portuaria Nacional, entre otros. Dijo que el promedio del valor de cada uno de estos altares oscilaba entre 17 mil y 30 mil dólares, según el nivel de ostentación de las edificaciones. La exproveedora reveló que estos contratos eran adjudicados directamente por las instituciones públicas.