14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
La chica del tren

Crítica de cine: La Chica del Tren

La Chica del Tren quiere aplicar al puesto de “Gone Girl” para el 2016, pero la película de Tate Taylor no tiene la agudeza.

La Chica del Tren quiere aplicar al puesto de “Gone Girl” para el 2016. Pero la película de Tate Taylor, basada en el best seller de Paula Hawkins, no tiene la agudeza, el filo antropológico, ni el sentido del humor del thriller dirigido por David Fincher. Quizás la materia prima venga de una fuente similar, pero la ejecución deja mucho que desear.

Rachel (Emily Blunt) es una alcohólica disfuncional tocando fondo. Todos los días toma el tren para simular que aún trabaja en Manhattan, aunque se la pasa bebiendo en parques y bares. En el camino, fantasea viendo a través de las ventanas de las casas cercanas a la vía ferroviaria. Tiene una fijación particular con una mujer rubia. Su nombre es Megan (Hayley Bennet), aunque Rachel aún no lo sabe. Proyecta en ella la vida ideal que no tiene y admira los despliegues de afecto que disfruta con su esposo, Scott (Luke Evans). Hasta que una mañana, la mira besando a un hombre distinto en el balcón. Es un vecindario cargado de energía negativa. A solo dos casas de Megan, vive Tom (Justin Theroux), exesposo de Rachel, en un cálido idilio con Anna (Rebecca Ferguson), una vendedora de bienes raíces que básicamente tomó el lugar de Rachel. Un día, los periódicos reportan la desaparición de Megan…

Juan Carlos Ampié, crítico de cine.
Juan Carlos Ampié, crítico de cine.

Además de usar a una clásica “narradora poco fiable”, la película alterna el punto de vista, pasándole las riendas de la narración a Megan y Anna. Añada a eso saltos en la cronología que nos lanzan del presente al pasado, ida y vuelta, una y otra vez. Podría suponerse que quieren duplicar en el espectador la desorientación de la protagonista, susceptible a lagunas mentales por exceso de bebida. Más bien, creo que es una conveniente distracción que permite disimular los agujeros de la trama y la creciente importancia de la casualidad en su desarrollo.

Formalmente, cambiar los puntos de vista entre las tres mujeres tiene mucho potencial. Cada una presenta diferentes aristas de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, en el seno de una pareja. La violencia física y psicológica es un elemento importante de la narrativa. Y capacidad reproductiva es el catalizador de todos los conflictos. La infertilidad de Rachel se presenta como la causa de su debacle matrimonial. La bebé de Anna, la nueva esposa, figura prominentemente e involucra indirectamente a Megan, quien trabaja como niñera para llenar sus horas muertas. Es irónico, porque ella no quiere ser madre. Se aferra a su capacidad de seducir como refutación simbólica al rol tradicional que su esposo le impone. Scott quiere sexo caliente en la ducha, pero también un vientre para fabricar hijos. Por supuesto que para él, la opinión de la dueña del vientre está de más.

Son temas cargados que La Chica del Tren reduce a una dimensión eminentemente sensacionalista. En su afán por entretener al mismo tiempo que considera estos problemas de género, el director los banaliza. Se vuelven únicamente una excusa para contarnos una retorcida historia de intrigas. Las “revelaciones” son más importantes que la condición humana de los personajes.

Es una lástima, porque las actrices hacen un trabajo notable. Blunt ofrece un perceptivo retrato sobre la adicción. Es extraordinaria a la hora de proyectar la vulnerabilidad de Rachel. Ferguson, virtualmente irreconocible después de revelarse como la dinamita de Mission Impossible: Rogue Nation (Christopher McQuarrie, 2015), proyecta toda la insatisfacción de la domesticidad impuesta. La carnalidad de Bennet la declara heredera de Sharon Stone. Las tres actrices merecen una mejor película.

 

Lea también >>> Crítica de cine: Espiando a los vecinos

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí