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NFL

El Estadio Azteca fue un gran escenario para el Monday Night Football. LAPRENSA/AP

Partido de NFL en México fue un éxito

Juego ganado por los Raiders de Oakland 27-20 a los Texans de Houston, fue el primero de la NFL en México desde 2005.

Para los Raiders, sacrificar un partido de local para visitar México resultó en un negocio redondo. Desde el inicio fue difícil encontrar una diferencia entre el Oakland Coliseum y el Estadio Azteca, donde vencieron 27-20 a los Texans el lunes.

Miles de aficionados en negro y plata se encargaron de hacer sentir al equipo justo en casa.

Muchos de ellos se trasladaron desde la zona de la Bahía de San Francisco para hermanarse sin división de idioma con el fuerte contingente local. Todos ellos emocionados con tener una casa, aunque sea por una noche mágica, al sur de la frontera. Y muchos de ellos con una sola solicitud: “Quédate en Oakland”.

La preocupación ante la posible mudanza del equipo a Las Vegas, donde el dueño Mark Davis ya negocia la construcción de un moderno estadio, también cruzó la frontera.

En caso de que no se vayan a Las Vegas, la capital mexicana es una buena opción. Especialmente ante el ensordecedor recibimiento a los Raiders a cada paso que daban. Literalmente.

Para los Texans, libres de protagonismo en el primer Monday Night Football fuera de Estados Unidos, su cercanía con México no ayudó mucho. Sí, decenas de ellos hicieron el viaje, algunos incluso tomaron un autobús, un viaje de más de 25 horas, para presenciar historia en un estadio que recibió su séptimo juego de NFL, segundo de temporada regular y primero desde el 2 de octubre de 2005.

Pero la noche no fue de Raiders y Texans. Fue de la NFL, de México, de sus aficionados, que con camisetas de Packers, Steelers, Giants, Broncos o Cowboys enviaban un mensaje: no pueden pasar otros 11 años sin un encuentro al sur de la frontera.

Mala nota

Pero la noche no fue perfecta. El grito denigrante en contra de la comunidad gay, que ha causado polémica en México y el mundo, se hizo presente una vez más, con la patada de salida de los Texans, luego de ponerse al frente en el marcador 3-0 en el primer cuarto.

La mala nota de los aficionados no frenó en el característico e infame grito que se repitió con cada kickoff de los Texans, sino que algunos de los presentes apuntaron un láser verde al rostro de los jugadores.

“Vi el láser verde todo el partido”, dijo al término del encuentro el wide receiver DeAndre Hopkins, de los Texans.

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