En conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de noviembre de 1999, quisiera mencionar la violencia en general, misma que abarca tanto a mujeres como hombres, desde el infante maltratado por alguno de su padres o guardianes hasta llegar al anciano que a veces es maltratado o violentado con el abandono o el menosprecio.
En un estudio realizado por la Unesco (2011) y por ONG Plan Internacional (2013) a estudiantes de diferentes países de Latinoamérica, dentro de ellos Nicaragua, menciona que entre el 51 por ciento y 70 por ciento de ellos habían sido víctimas de bullying (acoso) directa o indirectamente, por robo, insultos, amenazas o golpes por parte de sus compañeros. Argentina es el país en el que más extendida está la violencia física entre los niños (23.5 por ciento), y prosiguen, por nivel, Ecuador (21.9 por ciento), República Dominicana (21.8 por ciento), Costa Rica (21.2 por ciento) y Nicaragua (21.2 por ciento). Comprobando que América Latina es la región del mundo con mayor índice de violencia escolar. Debemos preguntarnos qué hemos venido haciendo para que esto se dé y cómo podemos evitar que esto no continúe.
La tolerancia hacia los abusadores de cualquier edad debe de cambiar y así evitar la continuación de un patrón que dé como resultado más agresión, incluso muerte por diferencias de género, color, nacionalidad y otros.
La educación es la llave para solucionar la mayoría de problemas de nuestra sociedad, por lo que los gobiernos deberían enfocarse en mejorar el nivel, no solo incluyendo otros idiomas o participando en los avances tecnológicos, sino enfatizando en lo esencial, humanizando más a los niños y haciéndolos conscientes de su responsabilidad como seres humanos, fortaleciendo los sentimientos de solidaridad, tolerancia, compañerismo y amor al prójimo. Un lugar muy importante para esta tarea es el hogar, donde la educación y el ejemplo que los padres le den a sus hijos debe de incluir el respeto a toda persona sin importar la edad, el color, el género, la nacionalidad, las creencias políticas o religiosas, haciéndoles ver que cada persona cumple un rol importante en este mundo.
Los gobernantes de nuestros países latinoamericanos deben crear y aplicar leyes que no toleren la violencia de ningún tipo en nuestra sociedad, para evitar las muertes atroces que vemos en femicidios, o muertes por diferencia de géneros o por otra causa de intolerancia. En Nicaragua a pesar de que el Código de la Familia (Ley 870) establece en su artículo 280 la prohibición del castigo físico y trato humillante a un menor de edad, aún hace falta ejercerlo en la práctica.
Hoy y siempre debemos de recordar a tantos que han sufrido de violencia de cualquier tipo y que su grito de angustia se pierde en algún archivo, alguna estación de Policía, alguna Corte de Justicia o en la misma memoria de la humanidad.
Hay que decir no a la violencia…
El autor de Cirujano Pediatra.
Twitter: @DrAayon