Ante la alerta de tsunami que había decretado este jueves el gobierno, pescadores y dueños de negocios, clientes de bares, hoteles y restaurantes de los balnearios de Casares y La Boquita, fueron evacuados.
En un inicio, cuando se activó la alarma de emergencia, a los pescadores que tenían sus lanchas ancladas dentro del mar no les permitieron sacarlas, pero muchos de ellos desobedecieron las órdenes y se movilizaron en otras unidades acuáticas para jalar a tierra firme sus medios de trabajo.
Miembros de diferentes instancias convencieron a los pescadores y dueños de negocios para que abandonaran las costas.
José Manuel Parrales es un pescador de Casares y al ver el mar calmo, con poco oleaje, expresó: “El mar está como siempre, la brisita es normal, para nosotros no hay ningún temor, porque no vemos ningún tipo de cambio”.
Las labores de pesca, los servicios de bar, restaurante y hoteles, fueron cancelados por la alarma que se había activado.
Otro que vio con mucha naturalidad el movimiento del océano, fue Orlando Tercero, también pescador.
“Ahorita las mareas (olas) están bajas, aproximadamente como de seis pies, pero cuando están de 12 son más peligrosas”, dijo.
Explicó que como marineros, saben sobre el comportamiento del mar. “Yo miro los movimientos de la marea, conforme la luna, y cuando miramos que viene alta, les digo a mis hijos salgamos”, refirió.
Todos los botes de pesca que estaban en ambos balnearios, fueron situados en la costa y a ningunos de sus dueños, la Fuerza Naval les permitió zarpar.