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No van a callarme

La campaña contra el MRS por la deuda impaga al Banpro requiere reflexiones y conclusiones.

La campaña contra el MRS por la deuda impaga al Banpro requiere reflexiones y conclusiones.

Como ante la inesperada muerte de Herty Lewites asumí la candidatura de la Alianza MRS en la campaña electoral de 2006, de donde procede la deuda, la campaña se ha singularizado, entre otras, en mi persona. Mientras los pocos medios independientes que aún quedan han cubierto el tema con objetividad, los voceros del orteguismo lo han hecho con saña y falseando los hechos.

Esa campaña del orteguismo persigue:

Primero, callarnos.

Segundo, restar autoridad moral y política a quienes somos críticos constantes de sus abusos autoritarios, ilegalidades, concesiones onerosas y la rampante corrupción en la cúpula gubernamental.
No van a callarme.

No he sido beneficiario, ni directa ni indirectamente, igual que la inmensa mayoría de nicaragüenses (sandinistas y no sandinistas) de las leyes 85 y 86 de 1990 (conocidas como de la “piñata”), ni de las posteriores redistribuciones de la propiedad y otros activos (BPI), que han dado origen a nuevos ricos y han enriquecido, aún más, a algunos que ya lo eran.

La Alianza MRS no pudo pagar el 100 por ciento de los adeudos bancarios de la campaña, aunque el 100 por ciento del reembolso que autorizó el Consejo Supremo Electoral (CSE) fue destinado a pagar gran parte de los mismos. Nadie se quedó con un centavo del reembolso autorizado. Esa es la primera verdad.

La segunda verdad es que el reembolso no fue suficiente para pagar todos los adeudos porque el CSE alteró grotescamente los resultados para hacer ganar a Ortega. El 8 por ciento de los resultados totales sigue aún sin conocerse, y eso en adición a la alteración de los resultados del 92 por ciento restante.

La tercera verdad es que independientemente de la extinción legal del deudor, la dirigencia del MRS se abocó con el Banpro para enfrentar la deuda. Y el banco fue extremadamente flexible en sus ofertas de solución, pero las primeras embestidas autoritarias de Ortega contra el MRS hicieron temer a su dirigencia que el adeudo podría ser utilizado con fines de persecución política. El arrebato de la personería jurídica confirmó esos temores.

Los bancos prestaron a la Alianza MRS sobre la base de una proyección real de votos que, de haberse contado bien, hubiese sido suficiente para que el reembolso cubriera el 100 por ciento de los adeudos.

Por la razón anterior, ni yo como candidato ni la Alianza MRS, reconocimos nunca el triunfo de Ortega. Esa es otra gran verdad. Basta recordar que la noche anterior a las elecciones el diputado Mario Valle, quien al siguiente día de las mismas apareció trasladándose al FSLN, y era como infiltrado el responsable por la Alianza MRS del tendido electoral en Managua, retiró a los fiscales de los distritos más populosos de Managua donde el MRS hubiera vencido al FSLN. No tuvimos fiscales. Otra verdad.

Pocas semanas después de las elecciones, el entonces subsecretario de Estado para América Latina, Tom Shannon, y ahora enviado especial del gobierno americano para Venezuela, me dijo que en algún momento su gobierno pensó que la elección se polarizaría entre Ortega y yo.

Esa especulación tenía fundamento. Las encuestas de septiembre de 2006 me daban como el único candidato en ascenso. En base a esas encuestas se nos dieron los préstamos bancarios. El Informe Pastrán del 12 de septiembre, un día antes del debate de CNN que la gran mayoría consideró yo gané (y al cual no se presentó Ortega), tituló “Daniel Ortega se desploma” y subtituló “Montealegre cae también cinco puntos en encuesta de Borge”.  Y en el análisis decía: “El único candidato que ha tenido un crecimiento sostenido es Mundo Jarquín de la Alianza MRS que pasó de un 15.2 por ciento al 19.1”. Agregaba: “En el área urbana, cabeceras departamentales, a la pregunta de por quién votaría, Ortega obtiene el 26.3 por ciento, Montealegre el 24.3 por ciento, Mundo Jarquín el 24.9 por ciento y Rizo el 11.1 por ciento…”

Me siento orgulloso que el MRS en su comunicado haya señalado que “acostumbramos cumplir nuestros compromisos y lo seguiremos haciendo”, y que cuando vuelva a tener su personalidad jurídica “demandará legalmente el reembolso completo de los fondos de la campaña de 2006 que le correspondían y que son parte del adeudo de la Alianza MRS al Banpro”.

No me callarán.

No nos callarán.

El autor es excandidato a la presidencia y vicepresidencia de Nicaragua.

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COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 7 años

    Cuanto dinero! que junto a lo que han dilapidado los demas politicos sacan del hambre a una buena porcion de hambrientos que tiene Nicaragua. Tambien por culpa de todos los politicos

  2. Ken Brill
    Hace 7 años

    Señor candidato, quien por muchos años Post su derrota electoral continuó firmando como tal, al asumir la candidatura, asumió todo lo que esta conlleva, incluyendo las deudas bancarias que hoy no quieren pagar. Lo interesante es que insiste en ser el salvador de Nicaragua, muy ha pesar de su fuerte vínculo con Ortega desde altos cargos de confianza en los años 80. Por ende, tiene que pagar para ver si logra recuperar algo de autoridad moral ante este pueblo que no voto por Ud para hacerlo su presidente. Esta es una situación Blanca y negra, pagan o no pagan.

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