Nació en Managua, vivió en Estados Unidos y tiene 20 años de estar a la cabeza del Zoológico Nacional de Nicaragua. Le fascinan los felinos, pero si pudiera reencarnar en un animal, lo haría en un cóndor. Eso sí: le teme a la alturas.
¿Qué es lo más asqueroso que ha comido?
¡La cucaracha! Me la quisieron dar a probar en México pero no pude.
¿Cuál sería el último concierto al que iría antes de morir?
A uno de Raúl di Blasio.
¿Qué la pone nerviosa?
¡La falta de presupuesto del zoológico! (Ríe).
¿Cómo es su cita perfecta?
En la playa, con música y cena. Playa pero con montaña alrededor, porque me encanta la naturaleza.
¿En qué animal le gustaría reencarnar?
A ver, yo oigo mucho la canción peruana El Cóndor Pasa, entonces en un cóndor.
¿Qué le da miedo?
La altura.
Sería un cóndor un poco raro entonces…
Sí, pero no me importaría (ríe).
¿Tiene algún talento oculto?
Me gusta cantar en karaokes.
¿Qué superpoder le gustaría tener?
Poder adivinar lo que piensa la gente.
¿Qué quería hacer cuando era niña?
Quería ser monja. Me gustaba porque estudié en un colegio de monjas.
¿Un lugar del mundo que se muere por visitar?
París. Y también Australia, de donde son los canguros.
¿Su animal favorito?
Uy, el jaguar. Yo he criado en mi casa. Me encantan los felinos. Tengo historias con mis jaguares, los he tenido hasta un año en mi casa.
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