En la actualidad, cada vez se van aceptando de una manera más amplia aquellos colores tradicionalmente masculinos o femeninos, dando lugar a disfrutar de ellos con base en lo que realmente nos favorece, según las teorías del color o sus aspectos simbólicos.
El color rosa en el período rococó, que inicia en 1720, lo llevaban hombres y mujeres, pero era considerado un color masculino de carácter litúrgico, al igual que el azul, más femenino al ser el color con el que se representaba la vestimenta de la Virgen.
Existen muchas referencias en la historia de la moda sobre el color rosa, cambios drásticos de una simbología a otra, pero actualmente el hombre latinoamericano, sobre todo, debe romper con los mitos y paradigmas femeninos asociados a este color. Como cualquier otro, debe identificarse el que más favorece entre los fríos, como el rosa candy por su matiz azulado, o los cálidos, como el albaricoque por su matiz amarillento, así como las tonalidades adecuadas.
En sus tonos pasteles es un color elegante y que le proyectará como amigable y cercano para combinar con colores neutros como el gris, azules oscuros y medios, para el lugar de trabajo son combinaciones ideales. Para un ambiente más informal puede ir en tonos más fuertes como hotpink o coral, en polos, shorts, pantalones de tela casual o blazers, se combina con neutros más claros.
Pruebe poco a poco, inclúyalo en corbatas en donde los tonos pasteles darán suavidad a trajes oscuros y los tonos fuertes darán energía y creatividad al look. Pañuelos, pajaritas, calcetines, detalles en estampados, lentes de sol con espejos reflectores, ropa deportiva son algunas prendas que puede ir incluyendo. Y a las mujeres nos encanta verlos con alguna prenda rosa.
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