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Viene un día importante

Uno de estos es el primero de diciembre. Ese día arriba al país Almagro, el secretario general de la OEA, quien viene a reunirse formalmente con Ortega como parte de un proceso en que discutirán el tema de las elecciones.

Hay días importantes en la historia de los pueblos y de los individuos. Importantes porque lo actuado o no actuado en ellos tiene consecuencias grandes. Uno de estos es el próximo jueves primero de diciembre. Ese día arriba al país Almagro, el secretario general de la OEA, quien viene a reunirse formalmente con Ortega como parte de un proceso en que discutirán el tema de las elecciones. El objetivo de Almagro, quien también se reunirá con elementos de la oposición es lograr que el gobierno de Nicaragua dé pasos decisivos para corregir su viciado sistema electoral y garantice al pueblo el sagrado derecho a elegir libremente a sus representantes. Si logra un acuerdo con el Gobierno, entonces este y la OEA publicarán un reporte conjunto. Si no lo hay, cada quien publicará por separado el suyo.

Evidentemente, Nicaragua ganaría inmensamente si sale humo blanco de estos encuentros. Nadie quiere conflicto y confrontación. Lo que todos anhelamos es tener los comicios que nos negaron; comicios transparentes, verdaderos y competitivos, donde podamos elegir con absoluta libertad a quienes prefiramos como presidentes, legisladores y alcaldes; comicios donde no haya trampas ni exclusiones; donde los votos sean bien contados y reflejen fielmente las preferencias populares.

Lograr lo anterior evitaría que se concretizara la amenaza del “Nica Act”, iniciativa legislativa norteamericana que condicionaría los préstamos blandos de los organismos multilaterales, BID, BM y FMI, a que Nicaragua garantice elecciones verdaderamente libres. También evitaría la incertidumbre y tensiones que se vuelven inevitables, y hasta peligrosas, cuando se cierran las puertas al mejor mecanismo para preservar la paz y cambiar sin violencia a los gobiernos, como son las elecciones representativas.

Algo que ayudaría muchísimo a que el encuentro Gobierno-OEA dé el fruto deseado, es que ambos perciban, palpen directamente, el respaldo popular que tiene en Nicaragua el tema de elecciones libres. Hasta ahora, países como Estados Unidos y la Unión Europea han manifestado este interés; el primero en forma categórica, el segundo en forma más diplomática. Falta ahora que lo haga el principal interesado; el propio pueblo nicaragüense. Si bien indirectamente ya lo hizo, con la masiva abstención de los recientes comicios, es de suma importancia que lo haga visiblemente en las calles, manifestando en forma cívica su bienvenida al señor Almagro y expresando su anhelo porque se restablezca, de una vez por todas, su derecho a elecciones verdaderas.

De aquí que sea una exigencia patriótica de primer orden el marchar todos juntos este próximo jueves, dejando al lado nuestras diferencias políticas y sociales y mostrando a la nación, y al mundo entero, que los nicaragüenses queremos elecciones libres, y que no estamos dispuestos a claudicar en la demanda de un derecho tan fundamental.

Es cierto que es más cómodo quedarse en casa. Ver los acontecimientos desde la televisión. Pero es más patriótico, noble y solidario, tomarse por un momento la molestia de incomodarse por acuerpar una causa que es esencial para la bienandanza del país. Quien por distintas razones no pueda participar físicamente, puede cooperar mandando mensajes en las redes sociales, dando alguna contribución —se necesitan muchos recursos para movilizar y albergar millares de compatriotas carentes de medios— o convenciendo a sus familiares o vecinos para que asistan.

Momentos como este son los que prueban la ausencia o presencia de patriotismo de los ciudadanos. El amor a la patria, como cualquier otro amor, se prueba con obras. Es un gran bien el que podremos hacer congregándonos masivamente este próximo primero de diciembre por la mañana. Es Nicaragua entera la que saldrá ganando. De nosotros depende.

El autor fue ministro de Educación en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro.

[email protected]

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COMENTARIOS

  1. Domingo
    Hace 7 años

    La “exigencia patriótica de primer orden” era unirse al momento de las elecciones, pero no, siempre se repite la triste historia de los nicaragünses, tiene que venir un extranjero a arreglar las cosas. ¿Ahora sí hay que unirse? Qué visión más dependentista, por no decir otra cosa.

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