Entre naranjales y un lodoso camino, miles de personas han cruzado en los últimos seis días la frontera que comparten Costa Rica y Nicaragua en el sector de Las Tablillas, Los Chiles, esto por el cierre temporal de los puestos migratorios tras el paso del huracán Otto.
Se trata de una ruta que conduce a un punto ciego de la frontera que tienen ambos países y que desde hace varios años le sirve a los indocumentados que pasan burlando con facilidad a las autoridades. La misma ha sido utilizada recientemente por personas legales para llegar a suelo nicaragüense por diversas razones.
En medio de esa multitud iba Josefina Gaitán, a quien le llevó cuatro horas llegar hasta donde salen los microbuses ya en territorio nicaragüense. Sus mejillas rojas y el sudor que le corría sin cesar por toda la cara revelaban lo tedioso que fue cruzar por el punto ciego. Realmente se le complicó porque además de cargar sus maletas trajo a su pequeña hija, una parte caminando y otra en brazos.
“Primera vez que paso por aquí”, aseguró Gaitán cuando ya había cruzado la frontera como si fuera ilegal y ya estaba cerca de llegar a su destino final: Nueva Guinea, en donde piensa pasar todo el mes de diciembre con la familia.
Uno de los motivos por los que los nicaragüenses han cruzado por este punto ciego es el mismo por el que ha estado cerrado este puesto fronterizo: el huracán Otto. Las razones de varios son porque el fenómeno natural dejó afectaciones en las casas donde crecieron antes de irse a Costa Rica en busca de una mejor vida.
El puesto fronterizo de Las Tablillas inició operaciones el 2 de mayo de 2015 con el fin de desahogar Peñas Blancas y mejorar la conexión terrestre de la región centroamericana. La apertura se dio nueve meses después de que las autoridades de la Embajada de Japón y del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) abrieron el paso por el puente Santa Fe, que atraviesa el río San Juan.
La travesía de Daysi Murillo fue similarmente difícil a la de Gaitán. Ella vive en el vecino país del sur de forma legal, pero no sabía que estaban cerradas las oficinas de Migración y se enteró cuando estaba en el lugar. Fue así que para no atrasar el viaje tuvo que tomar el camino por el punto ciego. Salió a las 5:30 a.m. de Puerto Viejo, Sarapiquí, tomó el bus que va casi a la frontera y luego le tocó caminar con una maleta en el hombro.
Al no soportar el cansancio a pie, los viajeros descansan bajo los naranjales y toman algo de agua para reponer fuerzas.
Cambistas, microbuses y puestos de comida
Tanta es la cantidad de personas que utilizan el punto ciego que en el final del camino se han levantado varios puestos de venta de comida, se cambian colones por córdobas y se mantienen estacionados microbuses que por 60 córdobas por persona los llevan a San Carlos. Según los transportistas, la Dirección de Transporte Terrestre del MTI y la Alcaldía de Río San Juan ya les extendieron un permiso para trabajar.
Flujo migratorio
En 2001 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), de Costa Rica, informó que según el censo realizado para esa fecha en ese país habitaban 287,766 nicaragüenses. En ese entonces representaba el 74.6 por ciento del total de inmigrantes residentes.
El los últimos años el oleaje de migrantes hacia esa nación ha incrementado significativamente. Las filas kilométricas del Consulado tico lo demuestran.