Everth Cabrera recibió anoche un copioso baño de afecto del más alto nivel. Cuatro big leaguers pinoleros se dieron cita en el Estadio Nacional Denis Martínez para darle la bienvenida en su regreso al beisbol. Sus ojos se humedecieron, su corazón se crispó y sus manos sudaron.
De no ser porque ha jugado en las Grandes Ligas, liderado la Liga Nacional en robos y asistido a un Juego de Estrellas, no se apreciarían diferencias entre este Cabrera y el que asomó hace más de una década en busca de un chance, sin otra maleta que su voluntad.
Denis Martínez, Erasmo Ramírez, Juan Carlos Ramírez y Cheslor Cuthbert tuvieron un abrazo y palabras de aliento para Cabrera, quien escuchó con atención y tras agradecer, reiteró su compromiso de emprender nuevos retos y senderos en su vida y en el beisbol.
Y aunque no apareció en el line up titular del Bóer ante los Gigantes, Cabrera irradió el mismo entusiasmo de siempre desde el dogout, mientras aguardaba por su oportunidad, que le llegó en el sexto episodio y jugando la tercera base. Al final cerró de 1-0 (rola a segunda) con una base por bolas.
Pero lucía como pez en el agua. Estaba en un campo de beisbol. Estaba en su hábitat.
“Se trata de pensar en un día a la vez”, le dijo Martínez, quien tras zafársele a las garras del alcohol, escribió una de las historias más brillantes en el beisbol. “Lo importante es que está de regreso y todos debemos apoyarlo para que su recuperación sea un éxito”, agregó.
Y al igual que los big leaguers, los fanáticos también crearon un ambiente festivo en el estadio. Aplaudieron a cada uno de los jugadores de Grandes Ligas, pero se empañaron en sus aplausos a Cabrera, mientras éste salía de la madriguera hacia el montículo.
Solo con el tiempo sabremos qué tan exitoso será el retorno de Cabrera, pero a juzgar por su entusiasmo y el cariño que se le expresó anoche, da la impresión que la pelota está en su cancha. Everth no tiene excusas para intentarlo con todas sus fuerzas.