En la última década Nicaragua ha afianzado su dependencia alimenticia a la importación. Entre 2007 y el año pasado la factura por compra de alimentos en el exterior se incrementó en 273 millones de dólares, equivalente a un aumento de 78.65 por ciento, según cifras del Banco Central de Nicaragua.
La cifra más actualizada de este año refleja que entre enero y julio la factura, solo por compras de alimentos, es casi la misma que se acumuló en todo el 2007, cuando se situó en 347.09 millones dólares.
Solo el año pasado, el país invirtió 4.88 por ciento del Producto Interno Bruto para comprar alimentos, la mayoría de los cuales bien se pudieran producir si a los campesinos se les apoyara con tecnología, crédito y tecnificación.
Pero ¿cuáles alimentos importa Nicaragua que bien pudieran ser producidos por manos nicaragüenses? De entrada el país continúa siendo muy dependiente de la compra de arroz extranjero. Esto a pesar que el Gobierno en sus planes productivos ha prometido convertir a Nicaragua en autosuficiente en su producción del grano.
En el 2007 el país estaba pagando 57.77 millones de dólares por compra de arroz y el año pasado este gasto apenas había mermado a 46.99 millones de dólares con lo que se compró 131,870 toneladas. En el 2011 (año en que el BCN empieza a publicar la importación en toneladas), se trajo al país 132,740 toneladas, similar a 2015.
El presidente de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR), Ulises Espinoza, dijo que no sabría explicar por qué la facturación por importación de arroz continúa invariable, porque en los últimos años se ha hecho un esfuerzo por revertir la dependencia. “Actualmente estamos en un setenta por ciento en la cobertura del consumo y en un par de años esperamos llegar al 75 por ciento”, afirmó.
Espinoza afirmó que no se ha incrementado las áreas de siembra de arroz, sino que se ha incrementado un dos por ciento anual en los rendimientos.
Nicaragua también destina gran parte de su factura alimenticia para comprar carne de bovino y sus derivados: carne molida, embutidos de res, bistec marinado, entre otros. Solo por importación de carne de res preparada, la factura en los últimos cinco años se ha duplicado, superando los diez millones de dólares.
Hasta se compra cebolla
Y pese a que Nicaragua tiene extensas áreas para siembra, el país no es autosuficiente en la producción de hortalizas por lo que se debe traer del exterior, cuyo gasto en algunos de estos cultivos ha ido en ascenso.
En los últimos cinco años Nicaragua ha destinado 26.2 millones de dólares para comprar cebollas frescas. Por año el país invierte cerca de cinco millones de dólares para adquisición de este comestible.
También la cesta importadora incluye cultivos como naranjas, zanahoria, papa, tomates, canela en raja, jugos de frutas, papas preparadas, queso, mermeladas de sabores, chocolate en polvo, entre otros.
El economista Alejandro Aráuz explica que existen factores que inciden en el hecho de que Nicaragua cada vez sea más dependiente en la importación de alimentos. De entrada, es que el mercado debe abrirse a los productos extranjeros a medida que en los últimos años se han firmado Tratados de Libre Comercio con un sinnúmero de países. “A medida que los tratados de libre comercio van simplificando la cosa, los aranceles se van reduciendo y continúe el rezago enorme de lo que es la agroindustria en Nicaragua, la factura alimentaria de productos importados va a seguir aumentando”, precisa el economista.
Además Aráuz sostiene que a medida que crezca el turismo también esto ejerce presión sobre la factura importadora de alimentos, porque la actual producción no es capaz de hacer frente a esa demanda adicional que se crea paralelo al consumo local.
Aráuz explica por ejemplo que si bien la producción de arroz va creciendo, el aumento de este es insuficiente para cubrir el alza anual en la demanda, por lo que se requiere salir a los mercados internacionales.
Quién gana, quién pierde
En el caso de la carne, el economista dice que el país debe invertir millones de dólares en compra de carne procesada, porque “nos hemos limitado a producir carne en canal caliente”.
Y la poca carne con valor agregado que se pueda producir acá se vende, por ejemplo, con elevados precios, por lo que resulta mejor importar, menciona.
Espinoza reconoce que traer arroz del exterior es mucho más barato, pero señala que la calidad es menor. El representante gremial afirma que el problema es que producir en el país es costoso, pero aún así se debe potenciar a la industria nacional porque al final es la que genera empleo.
Aráuz sostiene que si se ve desde el punto de vista del consumidor este puede beneficiarse con precios más baratos, pero las actividades económicas pierden la oportunidad de generar más divisas y empleos.
El economista afirma que debido a que es imposible evitar la apertura de mercados, la única alternativa que tiene Nicaragua es fortalecer a nivel interno su agroindustria para que esta sea competitiva, de lo contrario continuará ocurriendo lo que está pasando hasta ahora: la producción nacional será relegada.
Aráuz alerta de que el riesgo no es solo quedar rezagados, sino que las mismas empresas o productores vayan desapareciendo a medida que el mercado se vaya abriendo, por lo que urgió a repensar una estrategia de industrialización de escala nacional.
745,230
toneladas de alimentos importó Nicaragua el año pasado, superior a las 662.44 que se trajeron en el 2011, año en que el Banco Central de Nicaragua comenzó a publicar las importaciones en volumen. Este año, hasta julio, el país ha importado 453,32o toneladas de alimentos.
