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La represión contra los campesinos

El régimen dictatorial de Daniel Ortega ha desplegado toda su fuerza policial de represión para impedir que campesinos de distintos lugares del país viajen hasta Managua con el fin de realizar   una marcha nacional contra el proyecto chino de construcción del Canal Interoceánico en Nicaragua.

La marcha fue programada para este 30 de noviembre y los campesinos que puedan evadir el cerco represivo y lleguen hasta la capital, se quedarán para apoyar al día siguiente —jueves primero de diciembre— la protesta contra el fraude electoral y demanda de elecciones justas y transparentes, en ocasión de la visita al país del secretario general de la OEA, Luis Almagro.

Pero la desmesurada represión policial no arredra a los campesinos anticanal. Ellos pertenecen a la misma estirpe de los que respaldaron al general Sandino en la guerra nacional antiimperialista de 1927 a 1933, hasta lograr que las tropas estadounidenses de ocupación se fueran del país. Son de la misma casta de los campesinos que apoyaron las guerrillas que luchaban contra la dictadura somocista. Y son también, estos campesinos que luchan contra el canal, del mismo linaje de los que se alzaron contra la dictadura sandinista de los años ochenta y protagonizaron la guerra campesina en  defensa de su modo de vida y su libertad.

La emblemática lideresa campesina Francisca Ramírez, coordinadora del Consejo en Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía, con toda entereza y valentía aseguró a LA PRENSA que la represión de la Policía orteguista no los obligaría a ceder y que estaban dispuestos a marchar hasta Managua, a pie si fuese necesario.

Otro campesino dirigente del movimiento contra el Canal, Pablo Ramos, denunció que las fuerzas represivas del régimen andan en las zonas de la proyectada ruta canalera “como si estuvieran en guerra”. Y expresó que eso es “con el afán de que Luis Almagro (secretario general de la OEA, quien estará en Nicaragua el 1 de diciembre), no observe la inconformidad de miles de campesinos por las arbitrariedades que hace este Gobierno…”

En efecto, seguramente ese es uno de los propósitos de Ortega con su desmesurado despliegue represivo: impedir que el secretario general de la OEA y los miembros de su equipo técnico y político que llegaron antes a Nicaragua, puedan ser testigos presenciales de la inconformidad de los campesinos, que son en la actualidad el destacamento social de vanguardia del pueblo nicaragüense.

Otro objetivo de la represión orteguista es intimidar a los campesinos para que desistan de seguir luchando contra el proyecto canalero, para que no continúen defendiendo la soberanía nacional hipotecada a la empresa china HKND Group, para que dejen de exigir la derogación de la vende patria Ley 840,  que es  la Ley del Canal.

Pero además el orteguismo es represivo por su propia naturaleza, como son todas las dictaduras en cualquiera de sus diversas modalidades. La represión orteguista está siempre latente y atenta, acecha a la sociedad, espía a los opositores y los inconformes, no actúa mientras la gente se mantiene sumisa pero ataca con ferocidad cuando cualquier grupo social o político se alza a la lucha,  ya sea para conseguir un objetivo determinado como por ejemplo la derogación de la Ley del Canal, o de alcance general como derrotar a la dictadura y recuperar la democracia.

Sin embargo la represión no detiene las luchas populares ni evita la derrota de las dictaduras. El proyecto del Canal se irá al basurero y Nicaragua volverá a ser república.

COMENTARIOS

  1. Pronóstico
    Hace 7 años

    ¡Cuando el campesino se levante, no hay dictadura que lo aguante!

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