Pese a que los depósitos bancarios del sector privado —en términos reales— continúan creciendo, lo hacen a tasas menores que el año pasado, manteniendo así la tendencia de desaceleración registrada desde enero de este año. La reducción de la cooperación venezolana podría ser una de las causas de ello.
Por su parte el crédito también comenzó a desacelerarse desde junio pasado, como reflejo de una política crediticia más conservadora, destaca el III Informe de Coyuntura Económica 2016, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
La causa de la desaceleración de los depósitos y del crédito, según el director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, tiene múltiples explicaciones, ya que incluye miles de transacciones, tanto en la parte de los depósitos como de los créditos otorgados.
“Tenemos miles, quizás millones de personas con cuentas de depósitos en el país, así que atribuir la causa a un solo motivo sería arriesgado. Pero uno podría pensar que el año 2015 fue un año donde definitivamente la cooperación petrolera venezolana sufrió la máxima disminución y parte de los crecimientos altos que se estaban dando en los años anteriores podrían ser depósitos relacionados con esa actividad”, admite Chamorro.
Crecimiento todavía es bueno
No obstante, aclara que esta es una suposición, ya que la información referida a eso es parte del sigilo bancario y “sigilo estatal”, pero los depósitos altos que se registraron en los últimos años hacían suponer “con cierta confianza” que estaban relacionados con esa actividad, por lo que la reducción podría venir de ahí, aunque eso no quita que también haya otras explicaciones, entre ellas la evolución de las tasas de interés”, explicó Chamorro.
“En septiembre el crecimiento de los depósitos fue de 6.9 por ciento en relación con el período anterior, siendo la tasa más baja desde febrero de 2015, e indica que la desaceleración de estos persiste hasta el tercer trimestre de 2016”, esto “después de un año prácticamente de crecimiento a doble dígito”, señaló Chamorro.
Para Funides, pese a la desaceleración, la tasa de crecimiento cercana al 7 por ciento que mantienen los depósitos “todavía es buena. No obstante, advierte que “la reducción de los depósitos restringe un poco la liquidez del sistema financiero y su capacidad de colocar crédito, que es otra situación que ya se está observando”, explicó Chamorro.
El informe de Funides detalla que desde mediados de 2015 el crédito viene atenuándose. “El crédito total, en términos reales, que había crecido al 19.8 por ciento el año pasado, ha bajado a 15.9 por ciento, manteniendo el dinamismo observado desde finales de 2011. Pero carteras como la ganadera, industrial y de comercio han bajado de manera importante”, dice el estudio.
Solo los créditos personales se salvan
Dicha desaceleración se registra desde julio hasta septiembre de 2016, después de haber tenido signos de recuperación durante el segundo trimestre de 2015.
“Esto es algo que ya habíamos mencionado, pues veíamos bien difícil que tasas de crecimiento de alrededor del 18 y 20 por ciento pudieran mantenerse”, aclara Chamorro y añade que “probablemente vayamos a ver la reducción de esta tasa de crecimiento”.
Pese a que dicha desaceleración ha afectado a la mayoría de los sectores, los créditos personales registraron en ese lapso un crecimiento de 26.6 por ciento en relación con el mismo período de 2015, siendo también la cartera con mayor crecimiento a septiembre.
También “es importante señalar la notable desaceleración que tuvo el crédito dirigido al sector industrial, que pasó de 17.5 por ciento en septiembre de 2015 a 4.3 por ciento al mismo mes de 2016”, dice el estudio.
Incidir en la inflación
Para el director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, la recuperación del precio del petróleo —producto de la reducción de la oferta por parte de los países productores— podría tener a futuro un efecto en la inflación.
Aunque descartó que el precio del barril de crudo pueda volver a alcanzar precios cercanos a los años anteriores. Chamorro calcula que este se mantendrá en niveles cercanos a los 60 dólares por barril.