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Volcán Momotombo, Momotombo, volcanes de Nicaragua

El volcán Momotombo, entró en erupción el dos de diciembre de 2015. LA PRENSA/Oscar Navarrete

A un año del despertar de Momotombo

A un año del despertar del Volcán Momotombo, su actividad se encuentra dentro de la actividad normal.

Su despertar fue diferente aquella mañana. Ya los medios de comunicación habían informado sobre el sonar de un coloso que había estado dormido desde 1905. Era una noticia importante, claro, pero no tenía el mismo significado para el geofísico Eduardo Mayorga, quien nunca imagino ver algo así.

A un año de aquella experiencia, Mayorga, sentado en su oficina, relata aquel episodio: “Mi hija me lo mostró en el teléfono, pero yo no tenía los lentes y solo miraba el escudo azul perfecto y la puntita amarilla, yo dije: ¡El Momotombo! Para mí fue algo impresionante, inesperado. Jamás pensé que fuera a hacer explosión”, dice ligeramente entusiasmado.

Ante aquella exposición de la naturaleza que inició a eso de las 7:49 minutos de la mañana del primero de diciembre de 2015, el volcán lanzó cenizas y columnas de humo que alcanzaron un kilómetro de altura, según la información brindada en ese momento por la vocera del gobierno, Rosario Murillo.

Mayorga dice que antes ya se habían reportado cambios en las fisuras que bordeaban el cráter, pero que no se relacionó con una posible erupción. Asimismo, enfatiza que los más de cien años del volcán sin actividad no parecieran ser mucho con respecto a otros volcanes que permanecen en silencio durante cuatro mil años o cuatroscientos años; aunque si se compara con el Cerro Negro, que realizó cuatro erupciones en la década del noventa es diferente.

De acuerdo al boletín emitido por el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), en la madrugada del dos de diciembre, la actividad eruptiva del volcán Momotombo se incrementó, produciéndose salida de lava en forma de fuente con expulsión de rocas incandescentes y abundante emisión de gases y cenizas, acompañada de fuertes retumbos.

Suerte en la trayectoria

El silencio reinó en la mañana, pero mientras Magdalena Pérez, geóloga y jefa de reservorios de la planta geotérmica Momotombo, bajaba del bus junto a otros colegas avistaron la nube que se elevaba desde la caldera del coloso.

Una de las características que rodea a este volcán es que “las emisiones son silenciosas, no hace ruido, y no hubo micro sismicidad en el momento de la emisión de lava y ceniza”, expresa Pérez.

En ese sentido, dice el también geólogo Mayorga que debido a la trayectoria de los flujos piroclásticos-mezcla de gases y rocas a altas temperaturas- en dirección noreste y norte- no afectó a la planta Momotombo. Si hubiese encauzado hacia el sur hubiera desbaratado la planta, y a la vez hubiera causado un impacto muy grande en el suministro de energía eléctrica, explica.

Relativa calma en el Momotombo

Durante este año el volcán ha presentado otras explosiones, pero en realidad, dice Mayorga, El Momotombo ha estado en relativa calma, estable, manteniendo su incandescencia desde los parámetros esperados, nada de sobresaltos abruptos. Eventualmente la incandescencia es un poco mayor, pero no tanto como para indicar que viene algo fuerte.

De acuerdo a los registros del boletín de Ineter, las emisiones de gases de dióxido de azufre se mantienen en promedio de unas 500 toneladas por día.

La población más cercana al coloso es el poblado El Papalonal, y se ubica aproximadamente a unos nueve kilómetros de El Momotombo, además de esta, existen unas fincas dispersas, lo cual a juicio del geólogo no dificultaría una evacuación ante cualquier eventualidad.

El volcán Momotombo está a 1,161 metros sobre el nivel del mar, y se clasifica como estratovolcán, es decir como resultado de explosiones de otros volcanes. Esta localizado al norte del lago de Managua y ha tenido nueve erupciones desde tiempos históricos, además de mantener una actividad fumarólica constante, según el Ineter.

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