¿Acaso Rubén Darío fue hijo de José Aurelio Avilés Montenegro?, es la interrogante que lleva por título el nuevo libro de Francisco Ernesto Martínez, una recopilación documental y gráfica que expone las controversiales versiones de la paternidad de Darío, en ocasión del 150 aniversario de su nacimiento.
El nuevo libro de Ernesto Martínez ahonda la versión que el teniente José Aurelio Avilés Montenegro fue el primer novio de Rosa Sarmiento y que podría ser el padre biológico de Rubén, labor que le llevó los últimos 15 años a reconstruir la genealogía de Avilés y documentar su romance.
Asimismo descarta las otras paternidades que surgieron como rumores, pero que al pasar del tiempo se convirtieron en leyendas oscuras. Solo consta la paternidad legal de Manuel García, primo segundo de Rosa Sarmiento, en un registro de la fe de bautismo del 3 de marzo de 1867.
En el libro el autor se pregunta por qué Rosa embarazada pone distancia de Manuel y viaja sorpresivamente a Metapa, lugar de precarias condiciones y difícil acceso.
“Esta es una acuciosa investigación a manera de interrogantes, numerosos planteamientos e indicios que me han hecho dudar de la paternidad de Manuel García”, reflexiona en el epílogo de la edición Argentina Vega Bolaños, exdirectora de la Biblioteca Municipal de Masaya.
No obstante —aclara Ernesto Martínez— solo un examen de ADN de los parientes de Darío podría dar una respuesta definitiva que despeje todas las dudas sobre la paternidad y acabe con sus leyendas.
El novio y la boda forzada
¿Quién era el novio de Rosa Sarmiento? José Aurelio Avilés Montenegro fue un teniente, nacido Masaya en 1938.
“En mi investigación me di cuenta que Avilés anduvo con Rosa en 1865. Este era un hombre de 27 años y ella de 22 y pensaban casarse como lo dice una carta de Dolores Sarmiento de Turcios (hija de Rosa y hermana materna de Darío)”, refiere Martínez.
Este noviazgo, agrega, fue interrumpido cuando los familiares de Rosa la encierran tres días para que no viera a Avilés, luego le cuentan que su novio ha muerto, ella sufre, al final acepta casarse con Manuel García, un hombre de 43 años.
En el libro también se señala que la boda fue arreglada por el coronel Félix Ramírez Madregil y Bernarda Sarmiento, esta última tía de Rosa, y que tuvieron que pedir una dispensa eclesiástica ya que eran primos, el matrimonio se realizó apresuradamente un lunes 16 de abril de 1866.
Fue una relación corta y conflictiva, dado que Manuel era un hombre mujeriego y alcohólico. Mantuvo un trato de indiferencia y maltrato al niño, decía en público que no era su hijo. Darío le llamaba “tío”. Al morir no le dejó herencia, observa Martínez en su libro.
Según el investigador otro documento que pone en duda la paternidad biológica de García es el acta de divorcio de la Judicatura de matrimonios del Obispado de Nicaragua en León, fechada un 13 de febrero 1873.
En ella se cuenta que Manuel se hizo acompañar de cuatro testigos y alegó que no era el padre de los dos hijos de Rosa (Darío y Cándida Rosa).
¿Nuevos descendientes?
El libro reconstruye la genealogía de José Aurelio Avilés Montenegro y nombra a sus parientes vivos, Oscar Armando Cortés Avilés, Germán René Avilés Mora, Mercedes Avilés Galeano y los fallecidos Arnoldo Edmundo Cortés Avilés y José Miguel de la Asunción Avilés Marenco, entre otros.
También presenta imágenes históricas y otras fuentes documentales que buscan vincular a Darío con estas personas.
En la última década Martínez ha publicado: Masaya en la vida y obra de Rubén Darío, La apariencia física de Rubén Darío según sus contemporáneos, Fotos de Rubén Darío, Masaya en fotografías antiguas, Masaya descrita por viajeros de Europa y América en cinco siglos y Genealogía de mis padres.
