El sector lácteo terminará un año más sin lograr avances en la industrialización de su materia prima: la leche. Y este estancamiento en el proceso de industrialización es lo que tiene a Nicaragua como la tercera economía en América Latina que menos provecho industrial saca de este fluido producido principalmente por pequeños ganaderos.
Y si bien detrás del país están Guatemala y Honduras con bajos niveles de industrialización de la producción de leche, lo cierto es que Nicaragua tiene el hato ganadero más grande de Centroamérica, por lo que tendría mayor oportunidad de sacar provecho de la leche respecto al resto de la región.
A nivel de América Latina, según cifras de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), Argentina, México, Chile y Panamá tienen más del 90 por ciento de su producción láctea industrializada y en Centroamérica, Costa Rica es líder.
¿Por qué de esta baja industrialización? Ariel Cajina, directivo de la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac), dice que la capacidad de acopio de las plantas industriales —entre grandes, pequeñas y medianas— es insuficiente para captar los cinco millones de litros que se producen a diario.
Las plantas industriales grandes solo pueden acopiar por día un millón de litros, y las pequeñas y medianas 1.3 millones de litros por día.
“El acopio y procesamiento continúa frenando el desempeño del sector. El acopio en centro no logra superar el acopio tradicional”, admite Cajina.
Y aunque en los últimos diez años se han instalado unas 40 plantas de procesamiento de pequeña y mediana escala de productos lácteos, lo cierto es que con solo el crecimiento anual del 10 por ciento que experimenta la producción nacional de leche la capacidad de acopio se ve presionada.
Cajina explica que el aumento de leche se ha dado porque ha habido una “fuerte migración de la actividad productiva hacia zonas húmedas donde abunda la producción de pastura de bajo costo”.
Además hay una “lecherización del doble propósito estimulado por una comercialización más fluida, principalmente por construcción de vías de comunicación” en zonas ganaderas.
En Nicaragua, según la última cifra actualizada por el Banco Central, hay 5.2 millones de reses, de las cuales 1.04 millones estarían en producción permanente de leche.
No ven nuevas inversiones
Lo peor es que para 2017 tampoco se visiona “inversiones nuevas relevantes” y Canislac no cree que hayan “mayores cambios” en la capacidad de acopio de leche fría.
Además temen que se acentúe la “ tasa creciente le lecherización del doble propósito”, porque habrá más vientres de reemplazo “encastados en leche” y además los novilleros están sustituyendo la actividad por producción de leche.
¿Dónde está LALA?
Y aunque el Gobierno había avizorado la llegada de la mexicana Lala —que construyó una megaplanta industrial por 50 millones de dólares cerca del empalme San Benito— como la panacea que ayudaría a resolver parte de la baja industrialización láctea en Nicaragua, un año después de operación de esta planta nada ha cambiado.
No en vano Canislac observa “concentración de la capacidad de procesamiento de la gran industria y no incremento en el acopio”.
Wilmer Fernández, presidente de Canislac, afirma que Lala aduce que no puede aumentar su acopio mientras no se resuelvan los problemas comerciales con mercados estratégicos como Honduras, que se niega a recibir productos lácteos nicaragüenses sin justificación clara.
“Ellos aducen que si no se abre el mercado hondureño difícilmente pueden colocar su producto, porque no podés comprar más de lo que vendés, eso es lo que ellos expresan. Por eso digo que las pretensiones es que se abra el mercado hondureño en 2017, que Venezuela nos compre más volúmenes de leche y en este caso consolidar los mercados que ya tenemos”, afirmó Fernández.
Bajo consumo no ayuda
Pero Canislac asegura que si se lograra incrementar el consumo per cápita de leche a nivel local, impulsaría la industrialización.
Y es por eso que el próximo año, Canislac propondrá al Gobierno una proyecto que impulsaría el consumo de leche en las escuelas, cuya propuesta está siendo apoyada en su diseño por la Federación Panamericana de la Leche, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), entre otros.
La propuesta será presentada en las primeras semanas de enero y en la misma se incluye el compromiso de las empresas de aportar fondos como contrapartida.
De concretarse esta iniciativa en las escuelas, se podría elevar el consumo nacional entre 15 y 20 por ciento el consumo promedio nacional como mínimo. Y si el Gobierno asume un mayor compromiso, entonces el crecimiento podría superar el treinta por ciento. “Estaríamos hablando de que podríamos llegar a unos 100 a 102 litros de leche por persona por año”, indicó.
A nivel de América Latina, Nicaragua es el quinto país con menor consumo de leche por persona por año, según datos de la Fepale.
Consumo de leche ayudaría al sector
Dimitris Mamay, director de cuentas claves de Tetra Pak, dijo afirmó que el aumentar el consumo de leche en Nicaragua podría potenciar la asistencia escolar, tal como ocurre en países como Estados Unidos, que tiene un elevado consumo de este producto.
“Hay mucho trabajo por hacer en Nicaragua para potenciar el consumo”, afirmó Mamay, al tiempo que señaló que en otros países de la región para aumentar el consumo lo que han hecho primero es apoyar la capacidad productiva de los ganaderos. “Tengamos en cuenta que si no se consume el producto nacional, muchos de estos ganaderos dejan de producir y emigran a las ciudades”, precisó.
Paralelo al apoyo a los ganaderos, Mamay señala que hay que hacer un fuerte trabajo de difusión de las bondades nutritivas de la leche entre la población, para que se aumente el consumo de esta.
Y finalmente, recomienda potenciar el consumo de leche entre los escolares a diario, lo que ayudará a mejorar su dieta.
