El laureado escritor y periodista colombiano ya desaparecido, Gabriel García Márquez (Gabo), hizo célebre la frase de que el periodismo es “el mejor oficio del mundo”.
La frase puede ser discutible, porque quienes ejercen otras profesiones también tienen derecho de considerar que es el suyo el mejor oficio del mundo. Pero de cualquier manera a Gabo le faltó decir que el periodismo es también la profesión más peligrosa de la tierra.
A este respecto, LA PRENSA publicó ayer en su edición impresa un despacho de la agencia española de prensa, Efe, titulado “2016, un mal año para el periodismo”. La información da cuenta de que según la Campaña Emblema de Prensa (una ONG de periodistas de diversos países establecida en Suiza), “un total de 144 periodistas y trabajadores de medios de comunicación han muerto este año en 31 países, durante el ejercicio de su profesión, lo que representa la peor cifra en los últimos diez años”.
Otra organización internacional de periodistas, Reporteros sin Fronteras (RsF), en su balance de este año informa que 348 periodistas (6 por ciento más que el año pasado) se encuentran encarcelados en distintos países donde no se respeta la libertad de prensa.
El aumento de los peligros que afrontan los periodistas y de las agresiones que sufren por ejercer su profesión, motivó que RsF pidiera que se nombre un representante especial de las Naciones Unidas para la seguridad de los periodistas, que dependa directamente del secretario general de dicha organización. “Hasta el momento —dice RsF—, las numerosas resoluciones de la ONU relativas a la protección de los periodistas y la lucha contra la impunidad, no han dado resultados satisfactorios”. De manera que tal vez con un alto comisionado que les dé seguimiento, esas resoluciones pudieran ser efectivas.
En relación con la información de la agencia Efe, hay que decir que no solo el año 2016 ha sido malo para el periodismo. Todos los años el periodismo es atacado por la censura directa e indirecta, por presiones de los gobiernos a medios de comunicación independientes, cierre de fuentes de información pública, persecuciones, encarcelamientos e inclusive asesinatos de periodistas.
Nicaragua ocupa el lugar 75 en la clasificación de RsF de respeto a la libertad de prensa. En este país hasta ahora no se mata ni se encarcela a los periodistas por ejercer su profesión y buscar la verdad, para decirla, y no hay censura de prensa directa como la hubo durante la primera dictadura sandinista, en los años ochenta.
Pero en Nicaragua se practica la censura indirecta y se obliga a la autocensura, muchos informativos radiales han cerrado por asfixia económica, el Gobierno controla casi todos los medios audiovisuales e impide el acceso de los periodistas independientes a las fuentes de información, aun en casos de visitas de dignatarios democráticos extranjeros, como el secretario general de la OEA.
La libertad de prensa no admite restricciones de ninguna clase. El periodismo es una profesión digna y la libertad de prensa, que es indispensable para el funcionamiento de la democracia, debe ser respetada por todos los poderes, los gubernamentales y los fácticos.