Familiares, amigos, admiradores, excompañeros de trabajo e inmigrantes nicaragüenses dieron el último adiós a César Meléndez, el artista nacido en Nicaragua que falleció este sábado.
Con una misa en la iglesia Don Bosco en San José, Costa Rica, cientos despidieron al personaje que durante su carrera fue cantante, actor de teatro y de películas, pero ante todo un gran ser humano promotor de hermandad.
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Durante la misa, en la que se escucharon cantos de la música campesina, fue notoria la presencia de notables artistas costarricenses que trabajaron con él desde los años 80, quienes entre dolor, lágrimas y muestras de cariño destacaron las virtudes de Meléndez, sin importar su nacionalidad.
“Era un ser humano extraordinario, como decía al terminar la misa, tenía una intensidad sobresaliente y todo lo hizo con gran pasión, sobre todo con un gran espíritu humanitario indistintamente de las nacionalidades. Por esa característica de intensidad, fue muy buen actor, buen padre, buen hijo, buen artista. Quien en el futuro llegue a conocer la historia de él, en cualquier lugar del mundo, debería regocijarse de haber tenido un ser humano como él, por la capacidad que tenía de compartir el mensaje para hermanar y sensibilizar”, dijo visiblemente afectado Edgar Silva, reconocido periodista de televisión de Costa Rica.
“César Meléndez va más allá de las fronteras. No es solamente El Nica (su obra de teatro insigne), es esa luz que llegó a cada rincón donde estuvo y va seguir estando en cada rincón donde todos nosotros lo miremos. Entonces ese chavalo rejodido va seguir trabajando más todavía, porque va estar en boca de toda la gente llevando ese mensaje de justicia, de hermandad y solidaridad. Ese es su legado”, dijo la cantautora y actriz nacida en Nicaragua, Flor Urbina.
El dueño del grupo Manantial, una de las agrupaciones en las cuales Meléndez brilló en los años 80, Luis Jácamo, recordó que contrató a César como vocalista por su carisma, lo cual quedó demostrado en las canciones que grabaron y que además, les permitió hacer giras por todo Costa Rica, Nicaragua y otros países.
“Compartí con César, lo traje al grupo y logramos mucho éxito entre ellas actividades en Nicaragua como el Festival Gastón en el año 1987. El legado que nos deja es impresionante, creo que las palabras sobran para describir el talento y la calidad de este gran ser humano como César Meléndez”, añadió Jácamo.
Según el nicaragüense Isaac Ruiz Salgado, presidente de la Asociación Nicaragüense para un Futuro Mejor, Meléndez siempre le tendió la mano a la comunidad nicaragüenses en Costa Rica, haciendo eventos con sus obras para recaudar fondos.
“A nosotros nos ayudó a equipar el Centro Cultural Rubén Darío. Sin duda fue una gran pieza para la comunidad migrante, un bastión. Pronto vamos inaugurar una guardería que se llamará César Meléndez para tenerlo siempre en la memoria”, dijo Ruiz.
Entre los presentes estuvieron excompañeros de trabajo, quienes portaban fotografías autografiadas de Meléndez desde la época como cantante en Manantial y Blanco y Negro.
“Fue un tiempo compañero mío en el grupo Manantial. Guardo fotografías de él y de los muchachos del grupo que son reliquias. César era un muchacho único, siempre me pasaba dejando del trabajo a la casa, algo especial que él tenía”, recordó Ana María Mendoza, entonces secretaria de Manantial del grupo musical.