El cuarto y último Simulacro Nacional inició este martes en el barrio Jonathan González desde las 11 de la mañana y el ejercicio de prevención continuará en otros sectores.
El simulacro se realizó bajo la premisa de un terremoto de 7.4 grados en la escala abierta de Richter en las costas del balneario de Poneloya, más la llegada del huracán “Jennie” que atraviesa el país, además del inicio de actividad eruptiva del volcán Telica.
“Vamos a priorizar en el ejercicio, los sistemas de alerta temprana, las normas de protección, qué hacer a la hora de un temblor, de un incendio, un deslizamiento de tierra, (porque) no sólo es reaccionar, también saber hacia dónde nos vamos a dirigir”, dijo el codirector del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Guillermo González, en conferencia de prensa.
Los pobladores estaban organizados desde hacía varios días y su participación fue catalogada por las autoridades como positiva, incluso niños también se involucraron en el ejercicio.
La Policía Nacional y la Dirección General de Bomberos (DGB) participaron en el simulacro.
“Multiamenazas”
Nicaragua realiza este tipo de simulacros de forma periódica, debido a que es un país “multiamenazas”, es decir, que está sujeto erupciones volcánicas, terremotos, tsunamis, tormentas, inundaciones, deslizamientos de tierra, entre otros.
Las autoridades esperan que al menos medio millón de personas participaran en el ejercicio, menos de la mitad de otros simulacros, debido a las vacaciones laborales de fin de año.
El 24 de noviembre pasado Nicaragua experimentó una experiencia similar, pero con eventos reales, cuando un sismo de magnitud 7,2 Richter sacudió Centroamérica y provocó una alerta de tsunami, a la vez que el huracán Otto atravesaba el sur del país.