Solo la pasión y el sueño de ser artistas a pesar de las limitaciones han hecho posible este milagro: entre las desvaídas paredes del centro histórico de Sao Paulo sobresalen unos toldos naranjas situados en la calle Ouvidor, concretamente en el número 63.
Este es ahora el refugio de un centenar de artistas que decidió “okupar” un edificio, construir sus casas y crear su propio centro cultural.