La mayoría de los juguetes están asociados a un conjunto de normas de género que contribuyen a fijar normas que se traducen en roles y marcan la diferenciación entre niños a partir del sexo.
La mayoría de las veces, tanto la mamá, como el papá, eligen los juguetes de sus hijos sin darse cuenta de qué significados tienen, y cuál es la reacción que provoca en ellos y cómo los afecta en su comportamiento y durante su crecimiento.
“Los juguetes tienen un significado, si usted le dice a la niña que ella solo puede recibir muñecas, pinturas o juguetes para adornar, usted está afirmando un lenguaje que la coloca como la que se tiene que encargar de cuidar niños, pero además de estar bella para seducir a otro” ,explica María Teresa Blandón, directora del Programa Feminista la Corriente.
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Agrega que “en cambio si usted le regala a un niño una pistola, le está diciendo él que tiene permiso social, no solo para defenderse, si no para agredir. Si le regala carro a él y no a ella, este niño pensara que es el que puede obtenerlo primero, manejarlo primero y desafiar la velocidad”.
Blandón también aborda sobre los distintos tipos de juguetes que los padres deben considerar comprar a sus hijos, partiendo de que los conocen bien, por lo que advierte tener cuidado con algunos mensajes que traen los juguetes, que pueden ser de contenido sexista.
Todo comienza en las tiendas
“El personal de las tiendas está educado de esa manera sexista, solo los juguetes por ellos mismos no son el problema, es el mensaje que llevan la selección de juguetes y selección de colores.
Y es que los juguetes fijan roles, fijan estereotipos y contribuyen a limitar las expectativas de los niños respecto a qué quieren ser.
“Dentro de todo este mundo de roles y estereotipos, la homofobia es como un fantasma, es como un miedo atroz, irracional. Los niños y las niñas tienen creatividad y pueden jugar sin marcas sexistas, las marcas se las ponemos nosotros”, afirmo Blandón.
Cuidado con las armas
Recientemente el cardenal Leopoldo Brenes se refirió al tema. Señaló que los niños siempre buscan un juguete, en vez de una mudada, pero ojalá que los juguetes que se repartan no simulen un arma.
“Cuando nosotros les damos un arma, aunque sea de juguete, el día de mañana ellos van a tratar de adquirirla… ojalá que los juguetes que se distribuyan en este tiempo, durante la Navidad, ninguno simule un arma, porque ya estamos preparando al próximo asaltante de ese comercio. Así que no nos quejemos cuando asalten un comercio que ha dado un juguete que simule un arma”, dijo Brenes en una entrevista el pasado 8 de diciembre.
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Jugar para aprender
Jugar es un placer, es diversión, es entretenimiento y lo más importante, es un aprendizaje para los niños, ya que aporta beneficios físicos en todos los niveles, ya sea emocionales, mentales y sociales.
La psicóloga con experiencia en primera infancia, Catarina Romero, analiza este fenómeno y explica que los padres de familia deben regalar juguetes a sus niños que les ayuden a promover sus habilidades.
“Considero que el juego es libre y espontáneo, no hay que marcar diferencias, no hay juguetes para niños y para niñas, son para todos, son para explorar y divertirse. Al comprar un juguete debo tener en cuenta que esté de acuerdo con la edad, libre de prejuicios sexistas, regalemos juguetes que desarrollen habilidades físicas, cognitivas , sociales, emocionales, creativas, entre otras”, finalizó Romero.
Tarea pendiente
“Lo mejor sería que el Estado, a través del Ministerio de Educación, a través de organizaciones como las nuestras o los medios de comunicación hiciera esa labor pedagógica educativa, que ayudaran a padres y madres a que se dieran cuenta que los juguetes, los colores y el mensaje que damos no es inocuo, es una gran responsabilidad que nos toca a todos, estamos contaminando de sexismo a las pobres criaturas”, dijo María Teresa Blandón, directora del Programa Feminista la Corriente.