Ismael Munguía se sorprendió al ver la cantidad de prospectos de enorme estatura en la academia de los Gigantes de San Francisco en República Dominicana, mientras llegaba ahí en febrero pasado.
Seis meses después, los sorprendidos eran sus compañeros.
“Me asusté al ver tanta gente grande, pero no me acobardé”, señala el jardinero central chinandegano de solo 5’7 pies. “Ahí mismo me dije, ‘sé que tengo que hacer más que los demás para hacerme notar’ y eso fue lo que hice”, añade.
Munguía dejó que su talento, oculto en una diminuta estructura física, hablara por él. Se dedicó a hacer contactos sólidos con el bate, atrapó lo que se movía con el guante y en las bases corrió como si le debieran dinero, mientras mostraba llamativos instintos.
“MEJORÉ LA CONFIANZA EN MÍ MISMO”
“Fue una tremenda experiencia estar en Dominicana. Ahí todo es bien organizado. Para cada tarea hay un tiempo asignado y los entrenadores trabajan de una forma como más personal con uno”, afirma Munguía, tratando de explicar las razones de su progreso.
Ismael exhibe una llamativa evolución. Su presencia ha dinamizado el ataque de los Tigres. Usualmente está sobre las bases y se mueve agresivamente, mientras que a la defensiva, tiene varias de las mejores jugadas realizadas en la Liga Profesional.
“No pensé que iba a rendir así con los Tigres, pero quizá el mayor avance que tuve en Dominicana fue mejorar la confianza en mí mismo. Siento mucha seguridad al correr en los jardines y mi técnica al bate también está mejor ahora”, señala el cañonero.
Su notable desempeño en la Liga de Verano de Dominicana, le permitió ganar un boleto hacia Estados Unidos el próximo año. Irá a Scottdale, Arizona, donde los Gigantes tienen su campamento primaveral y ahí se le asignará a un equipo en las Menores.