Jordan Pavón le recordó al Oriental de Granada que todavía se puede. El ambiente de pesadumbre y de malos augurios huyó del equipo anoche, cuando la artillería se encendió disparando 15 imparables, a la vez que Eulogio De La Cruz imponía su ley en la colina para juntos conseguir un triunfo valioso de 13-3 sobre los Indios del Bóer, en la etapa final de la temporada regular de la Liga de Beisbol Profesional Nacional (LBPN).
La victoria le pone una sonrisa en el rostro al Oriental (19-23), que estaba exigido a vencer, para acortar distancia y posicionarse a dos partidos del Bóer (21-21) y de los Gigantes (21-21), quienes están empatados en la mitad de la tabla, a su vez, a dos juegos del conjunto líder, Tigres (23-19), cuando restan seis fechas para conocer a los tres clasificados a la Serie de Playoffs.
Jordan Pavón se vistió con ropajes de héroe. Bateó un jornón y dio un doble en cuatro turnos, los que le permitieron remolcar cinco anotaciones, levantándole el ánimo a un Oriental que lucía con el semblante decaído y que se vio reforzado por la labor sin fisuras de Eulogio De La Cruz, quien se acreditó el triunfo tirando pelota de dos carreras y siete imparables, en seis entradas completas. Sufrió el revés Liarvis Breto, pues fue castigado duramente, al admitir cinco carreras en apenas 1.1 episodios, incluido en vuelacercas de Pavón, su número 4 de la campaña.
Máxima potencia
El Oriental llegó con los cañones encendidos. Dos sencillos de Benjamín Alegría y Ofilio Castro, más dos picheos enterrados de Betro, quien llegó con la mira desajustada, abrieron el camino para que el Oriental tomara ventaja de 1-0 en su primera bateada. Luego, un racimo de cinco carreras, coronadas por el jonrón de Pavón en el segundo capítulo, generó la confianza suficiente para valorar mejor el momento, mientras el picheo del Bóer se tambaleaba, obligando la salida de Breto y llamado a la colina a Braulio Silva, a quien le anotaron tres carreras y cinco imparables en tres capítulos.
El Bóer se vio neutralizado por el picheo de Eulogio De La Cruz, pero no estuvo exento de meterse en problemas, tal como le ocurrió en la tercera y cuarta entrada, en las cuales la “Tribu” logró llenar las bases, sin mayor trascendencia.
El Oriental disparó 15 “cohetes” y a la defensiva cometió cuatro errores, los que no fueron capitalizados por el Bóer para darle un giro a la historia.
Posteriormente, la artillería del mánager Omar Cisneros sacudió sin compasión al muchacho Norman López, quien fue muy mal administrado por el timonel Juan Padilla, que lo dejó recibir castigo, abundante como la lluvia en invierno, ya que en 2.2 entradas, le conectaron cinco hits, dos de ellos dobles, para sumar a su cuenta cinco carreras.
El Oriental vive y su misión es negarse a morir, aunque sienta tras él el aliento de la muerte. En estos días, la radiografía del campeonato puede cambiar, nada está escrito todavía, ni los Tigres, Bóer o Gigantes pueden sentirse cobijados por la confianza.
