El principio de la prevención nos hace adelantarnos a las circunstancias negativas de la vida, por ejemplo, compramos el extinguidor de incendios antes de tener un fuego destructor en casa.
No siempre es posible abarcar todos los aspectos necesarios de un reconocimiento o chequeo médico periódico en una única consulta.
Por ello es que toda consulta debe ser individualizada, diseñada según la edad, sexo, factores de riesgo y enfermedades actuales de cada paciente.
De manera especial recomiendo que los médicos internistas pongamos especial énfasis en adolescentes y adultos jóvenes por que tienen mayor predisposición a presentar enfermedades graves.
El ponerse “en los zapatos” de nuestros chavalos, es decir, ser empáticos y garantizando la confidencialidad son factores que garantizan un diálogo exitoso.
Temas importantes que deben tratarse son promover que se evite consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales; la seguridad en el transporte enfatizando uso de casco en motociclistas y cinturón de seguridad del automóvil; depresión y suicidio; cautela en el uso de armas de fuego; posibles consecuencias de las relaciones sexuales y forma de evitarlas.
Los aspectos del estilo de vida insistiendo en alimentación saludable en oposición a la comida chatarra, previniendo los trastornos alimenticios junto con la práctica del ejercicio físico regular.
Los exámenes principales deben ir dirigidos a prevenir enfermedades infecciosas como el VIH, gonorrea, sífilis, hepatitis B, clamidias y virus del papiloma humano.
Insistir en las vacunas contra la hepatitis B y en las mujeres la protección contra la rubeola y contra el virus del papiloma humano que se asocia con el cáncer del cuello uterino.
Otros aspectos del chequeo médico es la condición visual, dental, revisar talla, peso y presión arterial. Exámenes de sangre. Visitar a su médico internista de confianza es una de las primeras recomendaciones del Año Nuevo.