De cara al inicio del nuevo periodo presidencial el Gobierno apuesta por potenciar la inversión en el sector agropecuario en los próximos cinco años a través del incremento de las áreas y el valor agregado de la palma africana, el café, el cacao, la carne bovina y la porcina. Esto a pesar que el futuro de la carne bovina y el tabaco en Estados Unidos —que es su principal mercado— es incierto y que a nivel local se habla de carencia de mano de obra que ha ocasionado hasta pérdidas en la cosecha cafetalera.
En octubre pasado, previo incluso al proceso electoral, el Gobierno presentó las Políticas y Proyectos de Desarrollo con las que dice potenciará la inversión en el período presidencial 2017-2021 que inicia el 10 de enero.
René Blandón, presidente de la Comisión Nacional Ganadera (Conagan), considera que ante la “incertidumbre” que enfrenta la carne bovina en Estados Unidos, su principal mercado tanto por el volumen de compra como por el valor que paga por ella, lo más “lógico” es apostar al incremento de la productividad y no de la actividad.
Prioridad debe ser
la productividad
“Lo que se debe hacer es hacer con menos más, la producción se debe incrementar a través de la productividad, ese debe ser el principal reto y objetivo del sector”, asegura.
El plan gubernamental no menciona los problemas de mercado que podrían enfrentar en Estados Unidos a partir de este año la carne bovina (por la apertura de ese mercado a la carne de Brasil) y los puros nicaragüenses (por la entrada en vigencia de nuevas normativas de comercialización).
Simplemente menciona entre sus políticas de acceso a los mercados para la colocación de su oferta exportable el incremento del aprovechamiento de los tratados comerciales existentes con Estados Unidos, la Unión Europea, Taiwán, Panamá, Venezuela, Cuba, Ecuador, México y Chile; concretar otros como el de Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) y el de Corea del Sur que ya se firmó. Y firmar nuevos convenios con Canadá, Japón, Perú, Vietnam y Australia.
Tras nuevos mercados
Otros de los planes es promover relaciones comerciales con China, la Unión Euroasiática y países árabes. También lograr la adhesión de Nicaragua al TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), aunque esto último fue descartado por el sector privado a finales del año pasado, ante la decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de sacar a su país de dicha negociación, lo que le restaría atractivo al acuerdo e impediría su concreción.
Blandón considera que no se puede seguir apostando al mercado de Estados Unidos y al venezolano como hasta ahora, sino buscar otros nuevos, ya que antes de incrementar la producción se deben tener listos los mercados a donde se enviará.
Con respecto a los planes y los posibles problemas que podría enfrentar el sector tabacalero para mantener sus productos en su principal mercado, Estados Unidos por la entrada en vigencia de nuevas normas de comercialización, se consultó al presidente de la Cámara Nicaragüense de Tabacaleros, Juan Ignacio Martínez, pero dijo desconocer el documento y se negó a responder.
El plan también contempla “incentivar el desarrollo de plantaciones que generen empleo, tales como el bambú, frutas, hortalizas y hule” y promover el establecimiento de “nuevas áreas para la producción de cacao y café robusta”, dice el documento, que se supone fue consensuado con el sector productivo y que en busca de respaldo político y financiero —en octubre pasado— fue presentado a inversionistas nacionales y extranjeros, representantes de gobiernos y a organismos financieros internacionales.
Para Martín Argüello, vicepresidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), estas políticas son respuesta a peticiones del sector para fortalecer la actividad productiva en zonas más afectadas por el cambio climático como el Corredor Seco y occidente.
Respuesta a petición
“Por eso se aprobó el cultivo de café robusta en León, Chinandega y otras zonas del Pacífico. Eso es importante como lo es también la expansión de las áreas de siembra de cacao en el norte, y de plátano y banano dentro del Corredor Seco, porque son productos menos tradicionales que tendrán más capacidad para competir en el mercado internacional que otros tradicionales que antes sembrábamos como el maní y el sorgo”, señala Argüello.
En el caso de la introducción del cultivo del hule, el dirigente de Upanic dijo desconocer si existe algún proyecto concreto.
El documento también contempla la posibilidad de “estudiar la incorporación de productos transgénicos en soya, maíz y sorgo”, tal como solicitó Upanic en julio del 2015.
Sin embargo, para hacerlo es necesario levantar las restricciones que actualmente enfrentan estos productos ante la ausencia de un reglamento para la Ley 705, Ley Sobre Prevención de Riesgos Provenientes de Organismos Vivos Modificados por Medio de Biotecnología Molecular, que fue aprobada en octubre de 2009 en medio de protestas de sectores que se oponen a su uso.
Según Argüello, también se negocia la posibilidad de sumar al maíz amarillo, sorgo y soya la semilla de algodón y de arroz transgénico, ya que ante la inminente conclusión del proceso de desgravación que contempla el Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana) es una de las pocas opciones que queda.
“Es la única oportunidad que le queda al agro nicaragüense para poder competir con un Cafta que entrará en vigencia a partir del 2020”, asegura Argüello.
Laboratorios y trazabilidad también
El plan gubernamental para atraer inversión en el sector agropecuario durante los próximos cinco años plantea la intención de establecer un sistema nacional de laboratorios y sistemas de trazabilidad.
Ambos tendrían que iniciar casi de cero porque en el sector los laboratorios son muy escasos y la trazabilidad hasta ahora a nivel nacional solo se impulsa en la ganadería; y tras casi diez años de trabajo apenas ha incluido a la mitad del hato nacional, que incluye 4.13 millones de reses, según el Cuarto Censo Nacional Agropecuario (Cenagro, 2011).
También la instalación de un sistema nacional de riego y de otro para las comunidades del Corredor Seco. Ambos carecen de financiamiento y están abiertos a recibirlos de parte de los interesados.
El vicepresidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), Martín Argüello, confía en que las negociaciones que se mantienen con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se concreten para hacerlas realidad.
Se requiere mejor empleo
en el campo
Pese a que actualmente el sector cafetalero atribuye parte de las pérdidas de la cosecha a la escasez de mano de obra en el campo, el Gobierno contempla en su plan para el próximo quinquenio incentivar el desarrollo de plantaciones que generen empleo tales como el bambú, las frutas, las hortalizas y el hule. Dirigentes de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) y la Comisión Nacional Ganadera (Conagan) aseguran que este tipo de plantaciones requieren mano de obra más calificada y que por ende percibe mejores salarios, por lo que no creen que compitan con las actividades actuales. No obstante, consideran que deben promoverse políticas de incentivo como la seguridad social y otras para retener a los trabajadores en sus comunidades y frenar la migración tanto dentro como fuera del país.