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Estatua

Monumento al soldado nicaragüense, fue inaugurado un 1 de enero de 1909 durante el gobierno de José Santos Zelaya. LAPRENSA/URIEL MOLINA

Monumentos que guardan historias impresionantes de soldados nicaragüenses

En los años noventa El Monumento al Combatiente Popular fue blanco de la violencia política entre sandinistas y opositores. Desconocidos intentaron derribar este monumento de un bombazo.

Descubra el heroísmo de tres soldados y sus historias perennizadas en monumentos públicos realizados en distintas épocas. La popular estatua de Montoya y El Monumento al Combatiente Popular, mejor conocido como “El soldado desconocido”, estas dos en Managua, y la tercera escultura la del soldado Andrés Castro quien luchó en la Batalla de San Jacinto a mediados del siglo XIX y que se encuentra en el kilómetro 40 de la Carretera Panamericana Norte.

Estas esculturas guardan impresionantes historias, como la del niño Ramón Francisco Montoya muerto en la batalla de Namasigüe, durante el gobierno de Zelaya a inicios del siglo XX y los miles de muertos en la lucha insurreccional de 1978 contra la dictadura de los Somoza, por el cual se levantó el polémico Monumento al combatiente popular.

Montoya, un niño en la guerra

“Me voy a la guerra porque no quiero que me cuenten cuentos y Nicaragua me necesita”, les dijo a sus padres el niño de 14 años Ramón Francisco Montoya Acevedo.

Este impulsivo e inexperto chavalo murió en la Batalla de Namasigüe en 1907 mientras alentaba a sus compañeros de armas desde la loma El Grito.

El Ejército de Nicaragua sostuvo una guerra de siete días contra el Salvador y Honduras. Generales y presidentes se disputaban el poder en la región.

Un 1 de enero de 1909 José Dolores Gámez, ministro de gobernación, inauguró una curiosa escultura en bronce de 2.7 metros de alto, fundida en Italia en un estilo neoclásico. Se le nombró Monumento al soldado nicaragüense, este es conocido como la Estatua de Montoya.

La escultura expone a un niño descalzo  con sombrero, con un fusil máuser alemán y su salbeque de tiros, el dedo índice de su mano derecha punta en dirección del enemigo, esta fue diseñada por Luisi y Ferracutti y retoma detalles de la pintura La Libertad guiando al pueblo (1830) y es del pintor romántico francés Eugenio Delacroix.

El Monumento al Combatiente Popular, realizado por el escultor Frank Orozco, recuerda a los héroes anónimos de la lucha insurreccional de 1978. LAPRENSA/URIEL MOLINA
El Monumento al Combatiente Popular, realizado por el escultor Frank Orozco, recuerda a los héroes anónimos de la lucha insurreccional de 1978. LAPRENSA/URIEL MOLINA

El soldado desconocido

Sin duda una apología a la lucha armada de la revolución es el Monumento al Combatiente Popular, que proyecta a un fornido obrero-guerrillero sin camisa, en su mano derecha lleva una pica y en la izquierda de dimensión exagerada un fusil de asalto, un AK-47.

Esta pieza, también conocida como el Guerrillero Anónimo, e irónicamente llamada “Hulk” fue creada por el escultor Frank Orozco y sus ayudantes Ellis Casanova, Santiago Aguilar y Javier Orozco.

Su ejecución estuvo a cargo del Ministerio de la Construcción y la Alcaldía de Managua.

Su estilo con influencia del realismo socialista, recuerda al modelo de héroe de la escultura  soviética (Obrero y koljosiana o Trabajador y granjero colectivo) que la escultora Vera Mukhina realizó en 1937.

La escultura se erigió como un homenaje al Día del Combatiente popular y en recuerdo a los levantamientos insurreccionales de 1978. Fue develizado un 17 de julio de 1984 en conmemoración del V aniversario de la Revolución  Nicaragüense.

En los años noventa El Monumento al Combatiente Popular fue blanco de la violencia política entre sandinistas y opositores. Desconocidos intentaron derribar este monumento de un bombazo.

Se señaló al exalcalde Arnoldo Alemán y grupos armados, en tanto simpatizantes sandinistas en represalia quemaron parte de las instalaciones de la comuna. Nunca se supo quiénes impactaron la estatua.

La escultura de Andrés Castro   fue realizada por Edith Grön. LAPRENSA/ORLANDO VALENZUELA
La escultura de Andrés Castro   fue realizada por Edith Grön. LAPRENSA/ORLANDO VALENZUELA

El héroe de la pedrada

El maestro chontaleño Guillermo Rothschuh Tablada y Carlos Fonseca, junto con estudiantes del Instituto Nacional Miguel Ramírez Goyena promovieron la idea de levantar una efigie de Andrés Castro, uno de los héroes olvidados de la Batalla de San Jacinto del 14 de septiembre de 1856.

Esta fue inaugura en 1956 a un centenario de la gesta. Su realizadora fue la escultora danesa-nicaragüense Edith Grön, su diseño realista refleja a un obrero fornido con una piedra en mano.

Fuentes cercanas a la escultora manifestaron que el modelo utilizado por Edith Grön, fue Bill Turcios, un boxeador con el que ella tuvo una relación durante siete años desde 1938.

Datos históricos revelan que Castro al no contar con munición en su viejo rifle de chispa, hizo que usara una piedra para aniquilar a un filibustero del regimiento del busca fortuna William Walker.

Cultura esculturas guerras héroes Nicaragua archivo

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COMENTARIOS

  1. Alvaro
    Hace 7 años

    Me parece recordar, porque vivia en el reparto San Antonio en ese entonces, cuando estruyeron la alcalda fue cuando pusieron una bomba al monumento de Carlos Fonseca, y fueron en dias diferentes si mal no recuerdo. El de la bomba al Soldado Desconocido solo le levanto el ruedo como todos hemos visto.
    Saludes

  2. El Leones
    Hace 7 años

    Sin comentarios. Ademas estos pendejos no los publican. Para que ofrecen esta opción babosos si no dejan al público expresarse. Lo hacen perder el valioso tiempo de uno.

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