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Janior Montes, el héroe del partido de anoche en Rivas. LA PRENSA/ARCHIVO

Zona de Strikes: El Bóer se agiganta y vence

El beisbol se juega de otra forma en la postemporada. El escaso margen para el error en series cortas, hace que todo se optimice. Los jugadores lucen avispados, los timoneles están más atentos y los fanáticos se crispan. El ambiente es otro. Hay efervescencia en las tribunas y fuego en el terreno.

Edgard-ColEl beisbol se juega de otra forma en la postemporada. El escaso margen para el error en series cortas, hace que todo se optimice. Los jugadores lucen avispados, los timoneles están más atentos y los fanáticos se crispan. El ambiente es otro. Hay efervescencia en las tribunas y fuego en el terreno.

Anoche en Rivas, José Rosario por los Gigantes y sobre todo, Francisco Cruceta por el Bóer, llevaron el juego a otro nivel. Anularon a los bateadores, lo que resulta admirable en una campaña tormentosa para el picheo, con marcadores abultados y juegos interminables.

Y como suele ocurrir en las grandes batallas, aparecen siempre los héroes inesperados. Janior Montes, un jugador caracterizado, muy esforzado, pero no una estrella, provocó el primer impacto con un jonrón sobre la cerca del jardín izquierdo que enmudeció el estadio rivense, en ruta al triunfo 2-1.

De esa ventaja se agarró el Bóer y Cruceta la sujetó con uñas y dientes, pero también tuvo la complicidad de una defensa de intervenciones solventes con el guante y el brazo, como lo demostró Javier Robles en el octavo, cuando envió un misil al home e impidió el empate.

A Montes hay que apuntarle el juego decidido. Su jonrón de dos carreras fue todo lo que el Bóer necesitó para ganar. A Robles el juego salvado. Su tiro al plato con Reggie Abercrombie encarrerado, fue una cuchillada mortal para los sureños. Y ese taponeo de Elvin Ramírez fue salvaje.

Pero la plataforma para la victoria fue Cruceta y su faena soberbia. Empequeñeció a los Gigantes con lo mejor de su arsenal: rectas, splits y cambios, pero sobre todo, con los mejor de sus agallas. Lo que hizo anoche en Rivas, demanda talento del bueno, pero también carácter. Y lo tuvo.

Al menos por una noche, los Gigantes fueron los Indios. Pelearon sin cesar y están arriba en la serie. Y aunque aún les faltan dos victorias, hasta el camino más largo, se inicia con un paso. La tribu ya lo dio. Vamos a ver qué dicen ahora los Gigantes, que al menos ayer, no lucieron como tales.

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