Pocas son las opciones que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tiene para sanar unas finanzas que hasta octubre de 2016 acumulaba 305.4 millones de córdobas en déficit y de continuar esa tendencia en negativo acumularía el cuarto año consecutivo con saldo rojos.
Esos indicadores desencadenan una serie de debates entre economistas, empresarios y representantes sindicales. Roberto González, secretario general de la Central Sandinista de Trabajadores (CST), explica que una de las opciones existentes es la suma de más personas que aporten.
“Toda esa masa de personas que opera por cuenta propia y de todas las áreas, como el campo y la ciudad, pueden abonar a un crecimiento sostenido de la seguridad social, porque la idea tiene que ser agregar”, dijo González la semana pasada tras presentar una propuesta para el ajuste salarial que se debate en la Comisión Nacional del Salario Mínimo.
Es inviable
Sin embargo, que los trabajadores asuman la responsabilidad de salvar las finanzas del INSS es, para el economista Adolfo Acevedo, una medida no viable. “El problema en cargar a los trabajadores el rescate del INSS es que existe un problema estructural de calidad en el empleo, salarios y productividad, razón por la que si la base en la que se soportan las finanzas del INSS no mejora, entonces tampoco podrá haber un cambio bueno en su cobertura y sanidad”, manifestó el economista.
Pero además, reducir los excesivos gastos operativos del Instituto Nicaragüense del Seguro Social es uno de los primeros pasos que se deben dar para comenzar a sanear las finanzas de este instituto. Para Acevedo, aún “se puede implementar un plan que realmente haga frente (al déficit) y en el que exista un recorte de gastos innecesarios”.
INSS debe rendir cuentas
En esa misma línea, el secretario general de la CST, Roberto González, sostuvo que para este año será necesaria más fiscalización por parte de los trabajadores a las finanzas de ese instituto.
“Nos hemos dado cuenta que el INSS ha financiado construcción de condominios, ha comprado laboratorios y no es que esté malo, pero se necesita que se rindan cuentas claras a los trabajadores, que somos los que aportamos a su sostenibilidad”, manifestó González.
Empresarios reacios
En días recientes representantes de la empresa privada descartaron un posible aumento en su aporte a la Seguridad Social.
Según José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), esas acciones ya se habían emprendido mediante el incremento en la carga patronal que se aplicó gradualmente desde el 2014 hasta el 2017, que implicó que la tasa pasara de 16 por ciento a 19 por ciento este año.
“Nosotros nos comprometimos a que ese iba a ser nuestro aporte en relación con este tema (del INSS) y que no iba a haber más aporte de parte nuestra en este sentido”, aseguró Aguerri en conferencia.
En la mira del FMI
Esa crisis que ronda la sanidad financiera del INSS ha sido incluso tema de conversación en organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). “La situación financiera del INSS no ha mejorado tanto como se contempla en la reforma de 2014”, enfatizó el FMI en su último informe de aplicación del Artículo IV a inicios del año pasado. Además que alertó de que dicha situación financiera amenazaba la sostenibilidad de la deuda pública a largo plazo.
Propuesta inviable
Previo a la reforma paramétrica de 2013, que entró en vigencia en 2014, un estudio hecho por la firma Troncoso Consulting Group, Inc. indicó que para dar sostenibilidad al INSS se debía incrementar la edad de jubilación de 60 a 65 años, duplicar las 750 semanas de cotización, aumentar el aporte patronal y el de los trabajadores.
Una propuesta que para el economista Adolfo Acevedo no resultaría, porque lo ideal es que en la base del empleo haya empleos que brinden mejores salarios y de mayor productividad.