El diputado sandinista y sindicalista Gustavo Porras asumió este lunes la presidencia de la Asamblea Nacional, lo que es considerado por analistas como muestra de que el presidente designado, Daniel Ortega, ha empezado “la transición” del poder del Gobierno y del partido en Rosario Murillo, su esposa y, a partir de hoy, vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral (CSE).
La Junta Directiva quedó conformada por Porras, los sandinistas Maritza Espinales en la Primera Vicepresidencia; Gladys Báez en la Segunda Vicepresidencia; Loria Raquel Dixon en la Primera Secretaría y Wilfredo Navarro en la Segunda Secretaría.
Bajo el acuerdo político del FSLN con el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) le otorgaron a la presidenta de ese partido y ahora diputada designada María Haydée Osuna, la Tercera Vicepresidencia. Y como tercer secretario a Alejandro Mejía Ferrey, diputado por la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), partido que se alió con la bancada del Partido Liberal Independiente (PLI).
El poder de Porras
Porras es uno de los funcionarios más cercanos a Murillo y a Ortega. El ahora presidente del parlamento nacional ha sido por décadas líder de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud) y secretario general del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), desde donde impone las directrices partidarias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las instituciones públicas.
Esa cercanía a la pareja presidencial le ha otorgado a Porras estar incluso sobre los ministros, así como obligar a los empleados públicos a participar en los actos partidarios y despedirlos si se niegan, según se ha denunciado durante los diez años del gobierno orteguista.
Vargas: “Transición tranquila”
El analista Óscar René Vargas no considera que Porras al frente de la Asamblea reduzca el control de Ortega, “sino que es muestra que Ortega hace la transición tranquila del poder, dejando que Murillo comience a controlar los poderes del Estado” y del FSLN.
Vargas dice que Ortega “es quien permite que Porras y los demás que responden con más fidelidad a Murillo” asuman al frente de las instituciones, como la Asamblea.
Murillo como vicepresidenta designada es la sucesora inmediata a la Presidencia del país si Ortega se ve imposibilitado físicamente de continuar en el cargo.
“Creo que Ortega no se siente bien de salud y por eso, desde que él designó a Murillo como su vicepresidenta, asegura la continuidad de su dinastía, por eso le permite ahora a ella girar todos los hilos del poder”, afirma Vargas.
Porras, un problema
Vargas, exaliado de Ortega, encuentra problema en que Porras presida la Asamblea, “es que él es radical”, y por tanto, acabe con los pocos espacios que hay para negociar leyes.
“Me hace pensar que habrá menos concesiones, porque no hay oposición real en la Asamblea y por tanto se radicaliza que las decisiones se tomarán en la oficina de doña Rosario. Esto debe hacer reflexionar al sector privado, porque no tendrá espacios de negociación, que sí hubo con René (Núñez, ya fallecido)”, dijo Vargas.
Donde podría provocarse un conflicto es a lo interno del FSLN, ya que según Vargas, “los viejos militantes de la lucha armada han sido desplazados por los nuevos fieles a Murillo y Ortega”.
Directiva del pacto Alemán-Ortega
La excomandante guerrillera Dora María Téllez afirma que Porras completa el engranaje del poderío de la familia Ortega-Murillo en la Asamblea. Pero también dice que la nueva directiva del parlamento es un cierre de filas con los incondicionales de Arnoldo Alemán, expresidente de la República y caudillo del PLC.
Esto, para Téllez, significa que sigue vigente el pacto Alemán-Ortega, debido a que el PLC designó a Osuna, una incondicional de Alemán, para estar en la directiva, mientras que Maximino Rodríguez, excandidato presidencial del PLC, no fue tomado en cuenta.
Rodríguez afirmó la semana pasada su interés de estar en la Junta Directiva.
Constitucionalista: Asamblea sometida
El especialista en temas constitucionales, Gabriel Álvarez, no ve diferencia en que la presidencia de la Asamblea la dirija un leal a Ortega o a Murillo, porque esto “no cambia la línea del modelo autoritario” y de concentración de poder que ha venido teniendo la administración de Ortega desde que retornó al poder en 2007.
“Muchos analistas consideran al diputado Porras como un hombre de confianza de doña Rosario, y probablemente lo sea, pero aunque lo sea, yo todavía no veo eso como una división inminente y que eso va a determinar un estilo diferente en la Asamblea Nacional. Todos, los siete directivos y los 92 diputados, responden a las decisiones y a los intereses de la pareja Ortega-Murillo”, afirma Álvarez.
Halleslevens fuera de la Junta Directiva
La última semana se especuló que el general en retiro Omar Halleslevens sería el presidente de la Asamblea Nacional, al pasar como diputado directo; sin embargo fue descartado debido a que legalmente él asumió como diputado suplente, ya que el puesto oficialmente le sigue perteneciendo a Daniel Ortega, según explicó el magistrado presidente del CSE, Roberto Rivas.
Halleslevens suple a Ortega porque este continúa en la Presidencia del país.
Así votaron
Durante la elección de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional el diputado designado de la Alianza por la República (Apre), Byron Jerez, recordado por las acusaciones de corrupción de las que fue absuelto, votó en plancha con las bancadas FSLN, PLC y la nueva ALN-PLI. Jerez pidió la palabra para respaldar la candidatura de Navarro, ahora diputado designado del FSLN, diciendo que era “un honor secundar a su correligionario”. “Es (Navarro) un muchacho esforzado y gran liberal, tuvimos la dicha de trabajar juntos”, dijo Jerez. El exdirector de Ingresos luego abrazó a Navarro. Mientras Brooklyn Rivera, el único diputado por Yatama, solo votó por Gustavo Porras y Maritza Espinales y se abstuvo de votar por el resto de directivos.
