El presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, en su primer discurso del tercer mandato consecutivo y segunda reelección, repasó episodios de la guerra armada de los 80, las elecciones de 1984, los acuerdos de paz, las negociaciones políticas en los años 90, la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que falló a favor de Nicaragua en la demanda contra Estados Unidos, los apagones de energía eléctrica, su relación con Cuba y Venezuela, y muy vagamente habló de las Costa Caribe, en un discurso que duró 74 minutos.
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Ortega recordó un episodio cuando según él, el ministro de la presidencia durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), Antonio Lacayo, le dijo que “doña Violeta” no podía seguir en la presidencia debido a las protestas de militantes sandinistas, así que Lacayo, según Ortega, le dijo que le entregaba las llaves de la Presidencia, pero Ortega le dijo que no, porque respetó su autoridad como Gobierno legalmente electo.
“Nunca se nos ocurrió ir por la vía de la movilización del pueblo en la calle. Fuerza teníamos más que suficiente para derrotar al gobierno de la señora Chamorro o para derrocar al gobierno del doctor Alemán… pero estábamos comprometidos con la democracia que había nacido con la revolución”, dijo Ortega.
Defiende a Roberto Rivas
Ortega también expresó que cuando el presidente del CSE, Roberto Rivas, le entregó el poder a Arnoldo Alemán (1997-2002) y a Enrique Bolaños (2002-2007), lo aplaudían, pero ahora “lo mal quieren”.
“En aquellos tiempos, el doctor Roberto Rivas gozaba de todo el aprecio, tenía visa libre para los Estados Unidos, pero cuando ya le tocó a Roberto Rivas reconocer la victoria de los sandinistas dejó de ser bueno. Bueno cuando reconoció a nuestros adversarios, malo cuando reconoce a los sandinistas”, manifestó Ortega, en alusión a los fraudes cometidos durante la presidencia de Rivas en el CSE, para mantener a Ortega y a su esposa en el poder.
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El presidente designado se refirió al apagón nacional del lunes, por la falla de la interconección eléctrica, y luego comenzó a referirse a los apagones durante los anteriores Gobiernos.
Con este hilo conductor recordó cuando Nicaragua firmó un contrato para que las plantas generadoras de energía, de origen coreano, que estaban dirigidas a Venezuela, fueran enviadas a Nicaragua para paliar el déficit en el país, lo que para Ortega fue un gesto de solidaridad del difunto Hugo Chávez, que en aquel entonces era presidente de Venezuela.
“Las plantas (de generación de energía eléctrica) que iban para Venezuela, decidió trasladarlas a Nicaragua, que gesto más humanos del presidente Chávez”, dijo Ortega.
Al final de su discurso Ortega hizo una vaga referencia a las comunidades indígenas, que ha visitado con el magistrado electoral Lumberto Campbell, dijo, pero no se refirió a los conflictos armados en esa zona, que han desplazado a las población indígena a la frontera de Honduras.