Con una reducción del 28.3 por ciento en el volumen cerraron el año pasado los envíos de ganado en pie al exterior. Dicha merma es atribuida por la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic) a la vinculación de estas ventas con actividades ilícitas, a las restricciones impuestas por los bancos a las transferencias internacionales y en menor medida al cierre del mercado venezolano.
Además, se registra pese a que en marzo del año pasado Faganic logró que las autoridades flexibilizaran los trámites para la exportación de ganado en pie.
De acuerdo con los reportes del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), durante el 2015 se colocaron en el exterior 17,583 toneladas de ganado en pie por las que el país obtuvo 37.87 millones de dólares. En cambio, el año pasado solo se enviaron 12,610 toneladas y los ingresos por la actividad se redujeron a 28 millones de dólares.
“Como resultado de la propaganda mediática que vinculó la ganadería con el narcotráfico y el lavado de dinero, hoy por hoy cualquier transferencia bancaria para compra de ganado corre el riesgo de ser devuelta por el banco al comprador. Hay una dificultad impresionante para hacer estas transferencias por los nuevos requisitos que impusieron los bancos”, dice el presidente de Faganic, Álvaro Vargas.
Adicionalmente, el dirigente reconoce que el cierre del mercado venezolano también incidió en esta caída, lo mismo que el cese de los envíos por parte de la empresa mexicana Sukarne, que desde el inicio de operaciones de su matadero (a mediados del 2015) comenzó a reducir sus envíos de ganado al exterior, ya que ahora lo procesa en su planta.
Venden a pesar de bajos precios
Pese al cierre de esta opción, los ganaderos han logrado encontrar alternativas para evitar afectaciones graves por la reducción de esta actividad.
“Muchos han optado por entregar el ganado a los mataderos, aunque los precios que están pagando no son los adecuados (actualmente entre 90 y 94 córdobas por kilo en canal caliente). Además, afortunadamente Sukarne mantiene estabuladas unas cincuenta mil cabezas en sus instalaciones, entonces continúa comprando ganado para engordar y eso beneficia a los pequeños repastadores”, sostiene Vargas.
Según Faganic debido a estas compras el precio de los terneros es “más atractivo” que el de los novillos gordos listos para la matanza, por lo que muchos repastadores han optado por vender terneros. “Esto se ha convertido en un mejor negocio”, afirma Vargas.
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