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El esperado informe de la OEA

Este domingo 15 de enero se cumplen los tres meses de plazo que se dieron la secretaría general de la OEA y el régimen orteguista para elaborar y dar a conocer el o los informes sobre la problemática electoral de Nicaragua.

“El Gobierno de Nicaragua y la Secretaría General presentarán un informe conjunto en tres meses. De no existir acuerdo para la presentación del informe cada parte presentará su propio informe”, se estableció en el punto 6 del acuerdo de la OEA con el régimen orteguista, firmado el 15 de octubre de 2016 por el secretario general de la OEA, Luis Almagro y el representante de Ortega, Denis Moncada Colindres.

En ese acuerdo no se dijo expresamente que el diálogo era para  restablecer en Nicaragua, gradualmente  o en un  solo acto, las elecciones libres y transparentes que son indispensables para que exista la democracia representativa. Sin embargo, en el punto 5 del acuerdo se dice que “las partes se comprometen a apoyar el fortalecimiento de las instituciones democráticas del país de acuerdo a los compromisos del Estado de Nicaragua con los instrumentos normativos del Sistema Interamericano y su Ordenamiento jurídico interno”.

Los instrumentos normativos del Sistema Interamericano son la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, en las cuales se establece el compromiso  incondicional de los Estados miembros con la celebración de  elecciones verdaderas, justas y transparentes. En tanto que la Constitución Política y la Ley Electoral de Nicaragua, que representan para este caso el ordenamiento jurídico interno, reconocen “el pluralismo político (que) asegura la libre organización y participación de todos los partidos políticos en los procesos electorales…” (artículo  5 de la Constitución); y que “el sufragio universal, igual, directo, libre y secreto, es un derecho de los ciudadanos nicaragüenses…” (artículo  30 de la Ley Electoral).

Antes de que expirara el plazo que se dieron la OEA y el régimen de Ortega  para elaborar y dar  conocer el informe, juntos o por separado, los 27 ciudadanos que se han  unido  para demandar desde la sociedad elecciones libres y limpias en Nicaragua enviaron una carta pública a Luis Almagro, dándole a conocer las expectativas de la ciudadanía nicaragüense democrática.

“Confiamos en que sus esfuerzos contribuyan a abrir una ruta que posibilite reconstruir la democracia en Nicaragua a partir de su criterio de que ‘los remedios están todos en nuestra Carta Democrática Interamericana’”, dicen los 27 a Almagro. Y  le advierten que “sería, sin embargo, una falsa salida admitir que esa ruta transite por la legitimación de un proceso electoral espurio. Tampoco puede resultar de maniobras amparadas en falsas promesas de reformas cosméticas al sistema electoral o de maquinaciones fraudulentas con disfraz de diálogos constructivos”.

Quizás la secretaría general de la OEA y  Ortega decidan darse  una prórroga. Pero mañana o cuando sea el señor Almagro está obligado a demandar el cumplimiento de la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana.

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