De aquella frase popular “en mi desorden está mi orden”, hay algo de verdad, pues la ciencia explica que ser desordenado tiene sus ventajas, como ser más creativo. La psicóloga Kathleen Vohs explica a El País que si una persona entiende su desorden, no hay por qué preocuparse. En cambio, “si su guarida está muy estructurada y su capacidad productiva anda estancada, quizás la rigidez mental le esté pasando factura”, dice Vohs. Muestra de ello fue el escritorio del científico Albert Einstein, donde reinaba el caos. Había libros, documentos y apuntes por doquier. Incluso él mismo solía decir: “Si una mesa atestada y desordenada pertenece a una mente igualmente atestada y desordenada, ¿a qué tipo pertenece una mesa vacía?”
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