Un gol sobre la bocina de Wayne Ronney, que le ha convertido en el máximo goleador histórico del club (250 tantos), bastó al Manchester United para empatar 1-1 en el estadio del Stoke, que estuvo a un paso de acabar con la racha de 16 partidos invicto del conjunto de José Mourinho en una jornada en la que el Liverpool perdió opciones en su lucha por el título, tras perder 2-3 ante el Swansea.
Los hombres del técnico portugués estuvieron a punto de cerrar una serie exitosa de marcadores con los que apartaron la crisis provocada por un inicio de curso errático. Aunque pinchó con un empate, Mourinho sigue soñando con arreglar los errores de su equipo con el premio de los puestos europeos que siguen cerca.
Aunque el empate contra el Stoke permitió al United sumar 23 de los últimos 27 puntos posibles en la Premier League, tuvo que sufrir mucho para conseguirlo. Enfrente estaba el cuadro de Mark Hughes, que vive en mitad de la clasificación en tierra de nadie y que estuvo a un paso de llevarse el premio de los tres puntos.
El portero del Stoke no pudo detener un tiro que acabó en la escuadra derecha de su portería y el United se llevó un punto que sabe a mucho y mete en la historia a su marcador, autor de 250 goles como “red devil”, uno más que Sir Bobby Charlton.