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Crítica de cine: XXX, Reactivado

Nuestro crítico de cine, Juan Carlos Ampié, ya tiene el veredicto del estreno de esta semana: XXX, Reactivido. Descubra qué le pareció.

Una franquicia muerta vuelve a la vida con su esencia mercenaria intacta. “XXX” (Rob Cohen, 2002) nació como vehículo de estrella para Vin Diesel, capitalizando sobre la sorpresiva popularidad de “The Fast and the Furious” (Cohen, 2001) y reuniéndolo con su director. La película tuvo éxito en la taquilla, pero a la hora de articular la secuela, el actor abandonó el proyecto por una disputa salarial. De la misma manera, se replegó de la segunda entrega de “Rápido…”. No fue sino hasta “The Fast & The Furious: Tokio Drift” (2006), la cuarta en la serie, que volvió al redil. Y ahora, enmienda su desplante en la otra serie descartada.

La premisa sigue siendo absurda: un virtuoso de los deportes extremos es reclutado como agente secreto. Después de simular su muerte y vivir de incógnito por más de una década, regresa para vengar la muerte se su mentor. Y recuperar un dispositivo capaz de hackear satélites para convertirlos en proyectiles. O algo así.

La trama no importa, solo la actitud. Las secuencias de acción, cada una más absurda que la otra. ¡Vea a Xander Cage esquiando sobre la vegetación de un bosque tropical! ¡Véalo surfeando en una moto con esquíes acuáticos en la llantas! Los signos de admiración son necesarios, porque la hipérbole es el estado natural de esta película. Sí, parece que el ski es el deporte del futuro. Lástima que nadie le habló del Cerro Negro. Seguro lo hubieran incluido en la trama.

Juan Carlos Ampié, crítico de cine.
Juan Carlos Ampie, crítico de cine. LA PRENSA / ÓSCAR  NAVARERTE.

En espíritu y ejecución estamos ante una de esas baratas películas de acción de principios de los ochenta. Un producto de serie “D”, reempaquetado como si fuera serie “B”. Escasean la credibilidad, continuidad, consecuencia y conducta reconociblemente humana. Todas las cualidades que hacen que una narrativa funcione son peso muerto que debe ser descartado. Estamos ante la tiranía del sensacionalismo. Todo es rápido, furioso y escandaloso.

En alguna medida, no importa. “XXX: Reactivado” prioriza el atleticismo y coreografía de sus secuencias de acción. En ese sentido, tiene una genuina arma secreta en Danny Yen. El actor taiwanés está punteando en Hollywood, después de figurar también en “Rogue One: A Star Wars Story”. Sus peleas son los mejores momentos del filme. Los demás enfrentamientos suelen ser ejercicios de caos, construidos a través de la edición abrupta de imágenes.

El carismático Yen es solo uno de varios miembros de este Frankenstein creado para engatusar a la audiencia internacional, con una estrategia básica de identificación. Yen es veterano de la serie “IP Man” con legiones de fanáticos en Asia y todo el mundo. La actriz Deepika Padukone, el interés romántico designado, es realeza de Bollywood. La pandilla incluye al tailandés Tony Jaa, de la franquicia de películas de artes marciales “Ong-Bak”. Para cortejar a los latinos, el futbolista Neymar y el músico Nicky Jam figuran prominentemente en pósteres, sobredimensionando sus exiguas apariciones de apenas una o dos escenas. Menos mal, porque nadie los va a confundir con actores de verdad. La australiana Toni Colette y el norteamericano Samuel L. Jackson son los veteranos que sucumben a la necesidad de pagar las cuentas, aceptando papeles desechables.

Al final, no importa, porque todos son elementos decorativos en el festival del ego de Xander Cage/Vin Diesel. Persona y actor se funden para crear un modelo de masculinidad francamente reaccionario. Las mujeres se tiran a sus pies, los hombres quieren ser como él. Al final, todo el mundo sucumbe al poder de su testosterona. Si no fuera tan infantil, sería patético. Sus ridículos intentos por hilvanar su trama con sus antecesoras termina convirtiéndola en una especie de comedia.

 

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