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Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo

Herlio José Jarquín Cortez, alias “Furia y Toro”. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN

Herlio Jarquín, el “sicario brujo” de Carazo

Acusado de violación y asesinato, Herlio José Jarquín Cortez, alias "Furia y Toro", huyó de las celdas de Jinotepe en octubre de 2014 y desde entonces recorre los caminos y quebradas de Carazo.

Si Aydalina Emperatriz Rojas Álvarez hubiese conocido lo que en realidad era Herlio Jarquín Cortez, jamás se habría juntado y menos habría tenido dos hijas con él. Pero cuando lo conoció, hace unos 24 años aproximadamente, Herlio era en ese entonces “un buen joven” y aun en contra de la voluntad de sus padres ella se fue a vivir con él.

Hoy, Herlio está convertido en un asesino en serie. Está acusado de matar a dos jóvenes y cortarle el brazo de un machetazo a un hombre. También lo señalan de violador en serie. Tiene dos acusaciones de violación, entre ellas una en la que un jurado lo declaró no culpable de mancillar a su sobrina de 11 años de edad. Se mantiene asaltando en las zonas rurales de Carazo. Se escapó de la cárcel en octubre de 2014 y la Policía no lo ha podido capturar. Dicen que lo rodean y él desaparece como por arte de magia. Pero las víctimas o sus familiares dicen que la Policía le tiene miedo o no se han preocupado por capturarlo. Todo Carazo está en alerta porque Herlio anda suelto con sed de robar, violar y matar.

Desde el principio la relación entre Aydalina y Herlio no fue fácil porque a él “no le gustaba trabajar”, recuerda ahora Aydalina, y la pareja anduvo rodando de casa en casa, alquilando. A la mujer, hoy de 43 años de edad, le llamaba la atención que Herlio siempre llegaba a la casa con muchas gallinas, cerdos, cadenas de oro y otros objetos de valor. “En ese momento yo no sabía que a él le gustaba tocar lo ajeno”, indica. Un intento de Herlio por ser algo en la vida, explica Aydalina, fue cuando se metió al Ejército. Pero solo estuvo tres meses en la academia militar, asegura la mujer, quien no recuerda el nombre de la escuela castrense en la que estuvo su excompañero de vida.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
Nineth Jarquín y Aydalina Rojas, hija y excompañera de vida de Herlio Jarquín, “Furia y Toro”. Rojas dice que hace 19 años se separó de Herlio. Nineth dice que ama a su padre a pesar de que la mayor parte del tiempo no ha sido un padre responsable. “En el fondo soy su hija. No lo creo lo que dicen de mi padre, aunque sé que es verdad”, dice. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Aydalina venía de un hogar donde no le faltaba nada, en la comunidad Los Encuentros, en Santa Teresa, Carazo.

Y Herlio provenía de una familia muy pobre. El papá de él se llamaba Julio Jarquín y la mamá, Andrea Cano Cortez. Son originarios de la comunidad Los Cruces, siempre en Santa Teresa. Pero Celia Salvadora Cano Arce, una prima de Herlio José, recuerda que su tía Andrea y sus hijos pocas veces han tenido un lugar fijo dónde vivir. “Herlio nació en Los Cruces. Vivieron en San José de Gracia. Después se fueron para La Paz. No tienen un lugar fijo. A mi tía Andrea el gobierno (actual) le regaló una casita, porque ella es pobre, y él (Herlio) se la vendió”, afirma Salvadora Cano, una mujer de 68 años de edad y residente en Los Encuentros.

Alguna vez Herlio le contó a Aydalina que cuando él estaba pequeño su mamá lo dio a una mujer de Granada para que lo criara.

Los problemas con Herlio llegaron cuando Aydalina le preguntaba que de dónde sacaba todas las cosas que llevaba a la casa si no trabajaba. Fueron cinco años de golpiza tras golpiza. “Me maltrataba demasiado, maltrataba a las chavalitas (sus dos hijas) y me tuve que deshacer de él porque no le gustaba trabajar. Yo andaba con él por locura, porque él como que me había hecho maldad. Yo caminaba con él ciegamente pero no era por amor. Me andaba rodando, posando, ahí me dejaba dondequiera. Yo me venía para mi casa (de sus padres) y él me venía a sacar. Me amenazaba que me iba a matar si no me iba con él”, rememora Aydalina.

El miedo terminó de apoderarse de Aydalina cuando una noche ella se despertó y vio que Herlio le estaba rezando. “Yo lo oía haciendo cosas en la noche. Cosas feas. Una noche me estaba rezando unas oraciones feas y me echaba saliva en los gonces de los huesos”, recapitula la mujer.

Mujeres por las buenas y por las malas

En todos los municipios de Carazo hay mujeres que han tenido que ver con Herlio Jarquín. Unas sentimentalmente y otras han sufrido la brutalidad de un hombre que ha sido acusado dos veces de violación, pero que se asegura que sus víctimas sexuales han sido muchas más, principalmente en el municipio de Santa Teresa.

Una mujer que lo quiso fue Miriam de los Ángeles Aburto Salazar, actualmente de 27 años de edad, habitante de La Paz. Al principio todo iba bien, pero luego comenzaron los celos. Miriam salía y sentía que la seguían. Y luego Herlio comenzó a pegarle. “Yo no me venía no sé por qué. Yo siempre seguía allí de dunda”, recuerda Miriam.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
Miriam de los Ángeles Aburto Salazar, de 27 años de edad, excompañera de vida de Herlio Jarquín. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Una vez una hermana de Miriam tuvo un problema con Herlio y lo echó preso. “En la Policía, en la billetera, le encontraron un dólar doblado y dos oraciones malas, el arte de Santiago y el duende rojo”, dice Miriam.

En internet se explica que la oración a Santiago es “para cortar todo lo negativo y tener prosperidad”. “¡Glorioso señor Santiago el mayor… aleja de mí todo lo negativo, todo lo malo… hazme invisible ante el enemigo!”, expresa en parte la invocación. Y la oración del duende rojo es “para amansar, dominar y vencer enemigos”. “¡Oh, duende rojo!, poderoso, así como con tus tretas venciste a Lucifer, vénceme esta dificultad, que en el lugar donde yo ande no me sentirán, que ande con sutileza”, reza parte de la plegaria.

El 4 de junio del 2013, Herlio cayó preso nuevamente. En esta ocasión lo estaban responsabilizando de haber vendido una pistola robada. Pero también estaba señalado de haber matado, en octubre del 2012, al joven Carlos Manuel Téllez Luna, en Potrerillo, comunidad de Santa Teresa. Y, en enero del 2013, de haber violado a una joven y asesinado al novio de ella, Elyer Gabriel Quintanilla Gutiérrez, en La Paz, Carazo.

En ese junio del 2013, Miriam ya no convivía con Herlio. Lo había dejado porque se dio cuenta que tenía otra mujer en una comunidad que se llama El Boneño, en Diriamba, de nombre Dalila del Socorro Guerrero Sánchez, con quien Herlio procreó una niña que hoy tiene siete años de edad. Miriam se queja de que con ella Herlio no quiso tener hijos. “Cuídate para no salir embarazada”, le decía.

Aunque ya no convivía con él, Miriam estuvo presa siete días porque los policías querían conectarla con los delitos de Herlio. Cuando ella fue liberada, Herlio quedó preso y ella dice que no lo ha vuelto a ver.
Dalila del Socorro Guerrero Sánchez tiene actualmente 32 años de edad y conoció a Herlio hace siete años. “Me enamoré de él”, dice.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
Dalila Guerrero es una de las últimas compañeras de vida de Herlio Jarquín. Ella dice que no tiene contacto con él, aunque sí le tiene una niña de siete años de edad. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Durante el tiempo que convivieron, Herlio le llevaba todo a ella y a la niña. Él trabajaba en soldadura pero también hacía alfeñique y nacatamales para vender. En un tiempo hasta se fue a trabajar a Costa Rica.

Además de haber sido acusado de violar a la joven de La Paz, a la cual también le mató el novio, Herlio también fue procesado por haber violado a una niña de 11 años de edad, su sobrina, hija de una hermana de él.

Durante el juicio, Herlio se puso a llorar y los miembros del tribunal de jurado se conmovieron de él y lo declararon no culpable, cuenta Leyla Téllez, tía de un joven asesinado supuestamente por Herlio.

Reo de confianza

A Herlio lo describen como un hombre recio, alto, con una fuerza increíble. Personas que trabajaron con él en el ramo de la construcción dicen que se levanta, como si nada, dos baldes llenos de mezcla. De ahí que su apodo es “Furia y Toro”. Además, se expresa muy mal de las mujeres. Y conoce muy bien todo el departamento de Carazo. Tiene 41 años de edad aproximadamente. Cumple años el 27 de abril. De rostro sereno, no pareciera que es un hombre capaz de ejercer violencia.

La primera vez que cayó preso, de la que se tiene constancia porque Leyla Téllez lo averiguó en el Sistema Penitenciario, fue en 1999, cuando asaltó a un diputado. Lo condenaron a siete años de prisión, pero salió a los cinco porque “se portaba bien”. Carlos José Acuña, de 63 años de edad, es vecino de Herlio en Los Cruces y recuerda que tras salir de la cárcel “andaba con una Biblia”.

Cuando Herlio cayó preso en junio del 2013, fue juzgado por tenencia ilegal de armas. El abogado Jaffar Mendieta recuerda que lo defendió en ese caso y logró que resultara no culpable. Pero Herlio no salió libre porque ya estaba acusado de la violación y asesinato, ocurridos en La Paz. Mendieta solo estuvo en las primeras audiencias y dejó el caso porque se tuvo que ir a Costa Rica.

Herlio fue declarado culpable y sentenciado a 30 años de cárcel. Debió ser trasladado definitivamente al Sistema Penitenciario pero lo dejaron en las cárceles de la Policía de Jinotepe.

La familia de Carlos Manuel Téllez Luna, el joven asesinado en Potrerillo, Santa Teresa, esperaba que Herlio también fuera procesado por ese crimen. El 25 de octubre del 2014 recibieron la noticia de que Herlio había escapado de la cárcel.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
José Manuel Téllez sostiene una foto de su hijo Carlos Manuel, asesinado en octubre de 2012, supuestamente por Herlio Jarquín, “Furia y Toro”. Un enemigo habría pagado por el asesinato. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Era un reo de confianza en la cárcel de Jinotepe, especialmente de las mujeres policías. En una barra de pan le habían introducido una sierra. El 25 de octubre mencionado Herlio aprovechó que a sus compañeros de prisión los habían sacado a tomar aire porque hacía mucho calor y uno de ellos se había desmayado. Se escapó con otro, pero este último fue recapturado. A Herlio, al cierre de este reportaje, todavía lo están buscando. Ha sembrado el terror en Carazo y los altos mandos de la Policía mandaron al comisionado general Ramón Avellán a ese departamento con la orden de no regresar a Managua sin que antes haya logrado la captura del prófugo.

Herlio Jarquín, sicario y brujo

Desde que Herlio escapó no se había tenido noticia notoria de él. Hasta que en la madrugada del primero de enero de este año 2017, llegó a una casa en Sontole, comunidad de Diriamba, con la intención de robar. El dueño de la vivienda, Arsenio Molina Jiménez, de 42 años de edad, escuchó a la perra ladrar y seguir a alguien. Salió y vio cuando un hombre iba a golpear al animal.

Junto con dos de sus hijos, Arsenio se asomó en el camino y Herlio le realizó disparos. Lo siguieron hasta que Herlio se metió a un terreno vacío. Arsenio se agarró a machetazos con el hombre pero Herlio le alumbraba con una lámpara, encendiéndola y apagándola: “Me encandiló los ojos”, dice Arsenio.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
El agricultor y carpintero Arsenio Molina perdió la mano izquierda a manos de Herlio Jarquín, “Furia y Toro”. Molina dice que hará los ajustes necesarios para seguir trabajando y poder alimentar a su familia. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Arsenio fue retrocediendo hasta que tropezó y cayó de espaldas. Vio que Herlio le lanzó un machetazo y le metió el brazo izquierdo. El machete se lo cortó de un tajo y todavía le hirió en la boca, cortándole inclusive las encías.
Desde entonces están con miedo los pobladores de las comunidades de Carazo, principalmente en La Paz, Santa Teresa, y Diriamba, pero también en San Marcos y Jinotepe. Le están exigiendo a la Policía que capture a Herlio, pero la gente dice que los policías rodean al hombre y este último se les desaparece como por arte de magia.

“Eso no es cierto”, dice Arsenio Molina, el hombre a quien Herlio le cortó el brazo. Molina dice que él y sus hijos lo tenían acorralado y tuvo oportunidad para desaparecer y no lo hizo.

Los familiares del fallecido Carlos Manuel Téllez Luna dicen lo mismo. “Lo que pasa es que es un hombre enorme y te impresiona”, dice Leyla Téllez. Su hermano, José Manuel Téllez, padre del fallecido, dice: “Él es un sicario. Que no lo pueden capturar es mentira de ellos (policías). No se han preocupado. Un día se apareció la Policía (en Los Encuentros) con la sirena encendida. ¿Cómo lo van a capturar así?”, dice José Manuel.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
Carazo, Nicaragua. 19/01/2017. Carlos Manuel Tellez Luna, joven asesinado por Herlio Jarquin Cortez. El sicario brujo de Carazo . Fotos: Roberto Fonseca/ LA PRENSA.

Lo de sicario José Manuel lo dice porque él tuvo un problema con una persona y después esa misma persona anduvo diciendo que le pagó a Herlio para que matara al joven Carlos Manuel.

Sobre ese asunto, Celia Salvadora Cano, la prima de Herlio, y Aydalina Rojas, la excompañera de vida, confirman lo que dice José Manuel Téllez. “Él (Herlio Jarquín) se dejó llevar porque le pagaron para matar”, dice Salvadora Cano. “Me metí a un gran lío (matar) y ahora ando huyendo. Y ese hombre no me pagó”, dice Aydalina que dijo Herlio, el prófugo más buscado en Nicaragua.

Entrenamiento militar

De Herlio Jarquín Cortez se dice que fue miembro del Ejército pero no hay nadie que lo confirme. Solo su excompañera de vida, Aydalina Rojas, dice que estuvo tres meses en una academia militar, pero ni siquiera recuerda cómo se llamaba la escuela castrense.

LA PRENSA llamó al vocero del Ejército, coronel Manuel Guevara, para consultarle si reconocían a Herlio Jarquín como alguien que estuvo en la institución, pero el jefe militar dijo que en cosas de la Policía el Ejército no se involucra.

Lo que sí dicen personas que estuvieron presas en algún momento con Herlio, especialmente en el período entre junio de 2013 y octubre de 2014, es que Herlio pasaba horas entrenando o haciendo ejercicios en la cárcel.

La forma en que se mueve entre el monte, o cómo ataca, hace pensar a las víctimas y sus familiares que el hombre tiene entrenamiento militar.

El miedo en todo Carazo

Una señora de 60 años, de Potrerillo, Santa Teresa, de iniciales R.C.S., andaba en el campo arreando a un cerdo con unas nietas cuando entre la maleza, a la orilla de un cerco, vio a Herlio Jarquín Cortez, quien andaba de botas militares, “pantalón camufle como café, encapuchado con una máscara verde” (pasamontañas), solo se le veían los ojos, camisa roja con cuadros verdes, encima del pasamontañas una capucha y un machete con filo en ambos cantos.

Cuando vio a Herlio Jarquín, R.C.S. sintió mucho miedo. “A mí me agarró una ‘entumición’ (entumecimiento) en esto de aquí (se señala las rodillas y las piernas)”, explica la señora. Para librarse del hombre, ella agarró un billete de 10 córdobas que andaba e hizo como que era un teléfono celular. Empezó a gritar por el teléfono diciéndole a su hijo que se apurara. Luego pasó una moto y, como a una distancia cercana, se divisaba una carreta, le dijo al motorizado que le dijera a su hijo que se apurara. El hombre se fue y se perdió entre la maleza.

Herlio Jarquín, furia y toro, el sicario brujo
Las calles de las comunidades de Carazo están vacías por las noches debido al temor que la gente le tiene a Herlio Jarquín Cortez, “Furia y Toro”. Esta imagen fue captada a las 7:30 de la noche en Los Encuentros, Santa Teresa, el pasado martes. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Ese mismo miedo está en todas las comunidades del departamento. A las siete de la noche de este martes, en un camino rural de Santa Teresa iba en bicicleta Roberto David Cruz Guevara, de 32 años. “No me dejo agarrar la noche”, dijo, y desapareció raudo en su vehículo de dos ruedas. Detrás de él circulaba Armando de Jesús Torres Lezama, de 30 años, dirigiendo una carreta de bueyes. “Se han oído rumores de que ese hombre (Herlio Jarquín) anda haciendo daño. No queda más que defenderse”, dijo Torres mostrando un cuchillo y un enorme machete.

En las zonas urbanas, como Santa Teresa, hay más movimiento de gente por las noches, pero son principalmente evangélicos que regresan a sus casas de los cultos. “Andamos con el Señor”, dicen.

Herlio José Jarquín Cortez, alias "Furia y Toro". LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN
Herlio José Jarquín Cortez, alias “Furia y Toro”. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN

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COMENTARIOS

  1. Roberto
    Hace 7 años

    La ridícula Policía siempre apresando al inocente y dejando escapar al culpable, un montón de barrigones persiguiendo a verdaderos gatos monteses… y para rematar ¿recuerdan al indio machetero que se despachó a varios policías que andaban armados con fusiles de guerra? Mayores estupideces que esas no se han visto en ninguna parte.

  2. Sin tapujos
    Hace 7 años

    Y qué pasa con la famosa ¨inteligencia¨ de la policía? Ni que fuera Osama Bin Laden, que salgan de cacería y le den su merecido.

  3. El Angel.
    Hace 7 años

    Si hubiera hecho algun daño o que hubiera matado algun miembro del ejército o de la policía, les aseguramos que ya estuviera preso.

    1. el rolo
      Hace 7 años

      asi mismo

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