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Exoneraciones Nicaragua

La declaración mensual de recaudo y anticipos del IVA, pago mínimo definitivo o anticipo del IR y especial a los casinos, con un solo formulario es vigente para el período de septiembre del año 2014. LA PRENSA/ ARCHIVO

Exoneraciones en Nicaragua: ¿más daño que beneficio?

Especialistas sostienen que gasto fiscal no estimula la eficiencia y más bien castiga al consumidor y al erario. Beneficiarios por su lado advierten que canasta básica sería la más castigada si se quitan.

Las exoneraciones en Nicaragua urgen de revisión y ponerle fecha de caducidad, porque no solo están erosionando las finanzas públicas, sino que también están frenando la mejora de la productividad en los distintos sectores y castigando a los consumidores, coincidieron analistas, al tiempo que sus beneficiarios niegan ese planteamiento al asegurar sin fundamento claro, que su eliminación o reducción podrían impactar el precio de la canasta básica.

Solo en 2010 el Estado otorgó en exoneraciones, a través de la Dirección General de Ingresos (DGI) y la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), unos 10,545 millones de córdobas (unos 493.76 millones de dólares), según cifras que el Gobierno divulgó en julio del 2012, en pleno proceso de negociación y discusión de la aprobación de la Ley de Concertación Tributaria.

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Amplíe acá la infografía: Detalle del gasto en exoneraciones

Tal es la magnitud del gasto en exoneraciones que con lo aprobado en 2010 se pudo haber cubierto el 81 por ciento de lo asignado este año al Ministerio de Educación (13,049 millones de córdobas) o el 76 por ciento de lo otorgado al Ministerio de Salud (13,885 millones de córdobas). Pero además, representa el 55 por ciento de lo destinado para el Programa de Inversión Pública (19,059 millones de córdobas).

En 2012 el Gobierno pactó con la empresa privada poner fecha de caducidad a las exoneraciones y exenciones, pero luego en una reforma de 2014 quitó esa orden y además eliminó la promesa a los trabajadores de aliviarles las cargas del IR.

Basado en lo planteado por los representantes de distintos sectores, ¿cuál sería el impacto que tendría en la economía reducir o quitar esos incentivos fiscales? ¿Serían los consumidores los principales perdedores? ¿Cuándo ponerle candados? ¿Quiénes realmente se benefician?

De entrada los representantes de distintos sectores coinciden en que antes de que se desmantelen estos incentivos —tal como el Fondo Monetario Internacional se lo ha sugerido insistentemente al Gobierno— se debe hacer un estudio sobre lo que ha significado para las actividades económicas más de veinte años recibiendo estos beneficios.

Impuesto DGI 3/07/06/HOY FOTO/N.Marenco

Entre los principales argumentos que tienen los productores en defensa de las exoneraciones, está la estabilidad en los productos de la canasta básica. El presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), Michael Healy, afirma que si estas se quitan o son reducidas entonces comenzarán a trasladar el cobro de Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los consumidores, porque de alguna manera deben recuperar ese costo.

Según el representante gremial debido a que los productos de la canasta básica están exentos del pago de impuestos, los productores no pueden recuperar el pago del IVA que hacen al Fisco y por tanto lo tienen que asumir. Entonces, las exoneraciones de algunos de sus insumos de producción se convierten en una especie de compensación.

Lea además: Sí es posible pagar menos impuestos en Nicaragua

“Todos los sectores pagan y recuperan su 15 por ciento (la tasa del IVA), el sector agropecuario no puede porque sus productos está exentos del 15 por ciento”, enfatiza.

Pero este planteamiento lo refuta un especialista fiscal que prefiere no ser citado. “El IVA se puede recuperar de dos formas: se puede recuperar trasladándolo junto con el precio, cuando el producto final está gravado; o dos, cuando el producto final no está gravado, como son los bienes agropecuarios, en ese caso se recupera como gasto, como parte de los costos y se deduce para fines del Impuesto sobre la Renta. Entonces sí lo recuperan porque no le perdonan al consumidor el impuesto que ellos le cargan al producto como gasto en el precio final”, explica.

Gran parte de los ingresos fiscales serán recaudados por la DGI. LAPRENSA/ARCHIVO

“Entonces las exoneraciones no son para favorecer a los productores, pero al final ellos son los favorecidos porque al final no terminan pagando el impuesto y todos los impuestos que ellos pagaron se trasladan al precio, llámese IVA, Impuesto Municipal o como sea, así que ellos no pierden porque si no no fuera negocio, porque de lo contrario se dedicarían a otra cosa”, enfatiza.

El especialista sostiene que las exoneraciones en los consumidores únicamente se han quedado teniendo un efecto psicológico. “Las exoneraciones son para que el consumidor no pague el IVA, no es lo mismo psicológicamente que a alguien le vendan una caja de tomates en cien pesos más 15 (por ciento) de impuesto, que se la vendan en 115 y ese es el precio; psicológicamente cuando a uno le dicen sin impuesto tiene menos impacto en el sentido de que el consumidor no ve que le están cargando un impuesto”, afirma.

Además de ese efecto psicológico el experto advierte que por el lado de los productores este incentivo fiscal premia la ineficiencia en la producción, porque ocasiona que los productores no se esfuercen por mejorar sus sistemas de producción para reducir costos, pues estos son aliviados por las exoneraciones. Esto impacta directamente la productividad.

Culpa a los pequeños

Pero Healy niega que los incentivos fiscales hasta hoy no hayan mejorado la productividad del campo, aunque admite que la mejoría se ha dado principalmente entre los grandes y medianos productores. “Donde no hay mejoría es en los chiquitos productores, pero no por el problema de las exoneraciones; no han mejorado porque las políticas del Gobierno no han ayudado a mejorar a estos sectores”, afirma.

El presidente de Upanic estima en 1,200 el número de productores que reciben exoneraciones, de un universo que, según el IV Censo Agropecuario de 2011, asciende a 261,321. Aún así, afirma que si les quitan las exoneraciones al sector, “entonces que me paguen mi 15 por ciento, porque si no yo venderé mi arroz, mis frijoles con el 15 por ciento, porque al final el beneficiado con las exoneraciones no es el productor sino el consumidor”.

Un argumento similar tiene el presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Álvaro Vargas, quien aclaró, sin embargo, que en la ganadería este incentivo fiscal “el impacto es muy pequeño comparado con el resto del sector agropecuario, donde tiene más uso”.

Una caída de al menos 15 córdobas en el precio del galón de leche es la afectación para los productores por el cierre de las fronteras de Honduras y Costa Rica a los lácteos nicaragüenses. LA PRENSA/ARCHIVO

“Las exoneraciones y exenciones que nosotros tenemos son en favor del consumidor, porque nosotros compramos sin IVA los productos veterinarios, por ejemplo, pero también vendemos sin IVA”, afirma.

El economista Alejandro Aráuz sostiene que contrario a lo que plantea Healy, de que una reducción en las exoneraciones dañaría la canasta básica, precisa que la experiencia en otros países indica que “por efecto de medidas aplicadas como estas se logran resultados competitivos y por ende precios también competitivos, pero son el resultado del traslado de las ganancias derivadas de la aplicación correcta y estricta de las exoneraciones hacia los procesos productivos y las cadenas de suministros internos del país y el exterior”.

Mipymes: se deben revisar, pero no quitar

Las micro, pequeñas y medianas empresas, principalmente las del sector cuero calzado, también cierran filas a favor de las exoneraciones y exenciones, aunque reconocen que algunas empresas han “abusado” en el uso de estas.

Aunque no tiene datos, Alejandro Delgado, presidente de la Cámara Cuero Calzado Nicaragüense, afirma que son las micro y pequeñas empresas las que más se benefician porque las medianas ya están en proceso de crecimiento. “Nosotros creemos que las exoneraciones sí se deben revisar, porque sabemos que sí hay abusos, pero no se deben quitar porque son las micro y pequeñas las que más se están beneficiando y que necesitan crecer”, afirma.

Delgado dice que el hecho de que la materia prima de las mipymes esté exonerada de impuestos, ocasiona que las mismas tengan mayor liquidez y la inviertan en sus negocios, más aún porque no tienen facilidades para acceder a la banca.

¿Cómo se benefician si la mayoría están en la informalidad? Delgado asegura que se debe a que las micro y pequeñas empresas son cuota fija y pueden comprar libre de impuestos con solo obtener el aval del Fisco y luego lo llevan donde el importador local.

Delgado admite que no basta con dar exoneraciones, sino que también se debe desarrollar desde el Estado una política de apoyo y asistencia técnica para las mipymes que lo reciben de tal manera que haya seguridad que las mismas están impactando en la transformación del sector.

Productividad

Exoneraciones solo  para atraer inversión

El director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro, aboga por una focalización de los beneficios fiscales para que estos tengan un mayor impacto en el desarrollo económico. “Los beneficios y exenciones que han dado resultados en el mundo son aquellos que están asociados a traer a los países inversiones y cambios tecnológicos que mejoren la productividad y reduzcan costos de establecimiento de dichas tecnologías. El mundo se está moviendo a beneficios temporales, es decir, con una duración determinada, que premie a los inversionistas que toman dichos riesgos iniciales. Si estos beneficios son usados para atraer esas tecnologías, entonces ayuda a la productividad del sector”.

Además, Chamorro recuerda que “existen exenciones y exoneraciones constitucionales y de sectores como la salud que están bien justificadas. Las exoneraciones y exenciones por lo general benefician a las empresas formales que al pagar impuestos pueden descontarse dichos beneficios. Los beneficios podrían llegar a los pequeños en la medida que dichos beneficios sean trasladados a ellos, para que esto ocurra tiene que existir un nivel de competencia entre los agentes”.

Lea también: Exoneraciones deben ser eliminadas

El analista tributario consultado de hecho señaló que en Nicaragua las exoneraciones deberían focalizarse en dos vías: “Para bienes esenciales de consumo interno y para fomentar los productos de exportación”.

En el caso de los productores de bienes de consumo local, el especialista sostiene que únicamente se debe asistir a aquellos nuevos productores “que van a hacer una gran inversión”; “se les pueden dar exoneraciones temporales para mientras el negocio pasa un tiempo de maduración. Pero las exoneraciones ahora son una fiesta, una piñata”.

DGI con nuevo proceso de pagos.HS Diario HOY Nicaragua 2006

El impacto en la industria 

Sergio Maltez, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua, explica que estos incentivos, particularmente los que se dan a través de la Bolsa Agropecuaria, han ayudado a que industrias como el azúcar, café y el maní logren una mayor expansión productiva.

El representante gremial señala que muchos productores atraídos por los incentivos en la Bolsa han optado por formalizarse, lo que los ha convertido en sujetos de crédito. Con ello tienen mayor liquidez para ampliar sus áreas de siembra y por ende elevar los volúmenes de producción que entregan a la industria.

“Esto (los incentivos fiscales) ha beneficiado a la industria porque obviamente ahora puede hacer compromiso (de ventas) de mayores volúmenes y esto hace que traiga mayores beneficios para el sector, porque al tener mayores volúmenes tenés mayores ingresos y con ello podés hacer una reinversión en tu industria, en tu maquinaria para que vos de alguna manera podás crecer”, explica.

El presidente de Cadin recuerda que todos los países en el mundo tienen políticas de incentivos fiscales, “Nicaragua no es un caso especial, el mismo Estados Unidos lo tiene y parte del problema manicero (nicaragüense) es el subsidio que le están dando a los productores estadounidenses”.

Los incentivos fiscales, sin embargo, no han logrado por ejemplo industrializar al sector productivo y menos a las exportaciones: en su último informe de coyuntura económica, Funides mencionó que “en 2015 el 86 por ciento del valor de las exportaciones de Nicaragua correspondió a recursos naturales, productos con una sola transformación o productos de baja tecnología”, una situación ligeramente mejor que en 2006, cuando esa proporción era del 96 por ciento.

Sin embargo señala que “la mejora observada entre 2006 y 2015 pudo haber sido influenciada por cambios de precios y no necesariamente por cambios en la sofisticación de los bienes físicos que se están exportando”.

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exportar

Premiar a los que generan empleo

El director ejecutivo de la Funides, Juan Sebastián Chamorro, sostiene que las exoneraciones deberían ayudar a “promover industrias de cualquier sector que tengan gran capacidad de generación de empleo y valor agregado”.
“Para asegurar que los beneficios son eficientes, deben ser sujetos de un cuidadoso monitoreo a fin de continuar los que están funcionando y eliminar los que no están cumpliendo su función”, enfatiza.

No trasladarían alivio 

El abogado Silvio Bendaña se muestra a favor de que una reducción o eliminación de exoneraciones ayudaría a rebajar la carga del Impuesto al Valor Agregado (IVA), no obstante precisa que esto requeriría de una supervisión exhaustiva. “En la experiencia de todos los países, y ha ocurrido aquí en Nicaragua, es que cuando han bajado el IVA, el productor y comerciante se quedan con el beneficio del IVA, no disminuye el precio”, advierte, al tiempo que señala que ese alivio no trasladado se convierte en una ganancia para el productor o comerciante.

No hay control

El economista Alejandro Aráuz afirma que el inconveniente más relevante que existe respecto a la concesión pública de exoneraciones y exenciones “es la ausencia de una política integral consistente con los objetivos de desarrollo sectorial del país y un proceso de planificación, seguimiento y control de dichas concesiones realizadas (exoneraciones y exenciones) de manera sectorial”.

Para Aráuz lo que más mal anda en la entrega de exoneraciones y exenciones es la “forma simple de otorgarlas, sin estudios consistentes, políticas consistentes, instrumentos de aplicación claramente definidos, y proceso de seguimiento también exigentes, entre otros”.

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COMENTARIOS

  1. Rodolfo Zelaya Lopez
    Hace 7 años

    Que pasa con la Cebolla, que estaba a 600 el VB quintal y subió a 1200 de un golpe, que dice el derecho al consumidor.

  2. jaimenba.com
    Hace 7 años

    mi pregunta es porque los bancos siguen prestando acaso no ven este problema que lo ve la prensa solamente que extraño que solo la prensa ve problemas y los bancos son ciegos ja ignorancia o bla bla.

  3. Jose Urbina
    Hace 7 años

    De hecho, me inclino por una revisión exhaustiva de la política de exoneración. Revisar todas las condicionantes. 493.76 millones de dólares exonerados es una cifra exorbitante. No debe ser excluyente; pero hay que revisar los sectores de producción que desarrollan la economía de nuestro país. Hay que ajustar su aplicación en beneficio del desarrollo de una economía de avanzada. Nicaragua está perdiendo recursos; el Fondo Monetario Internacional, ya hizo recomendaciones. Este monto millonario es una aberración económica para nuestro país. Es el presupuesto que oscila entre un 51 a un 81 para el funcionamiento de uno de nuestros ministerios. Hay mucha gente interesada que esta política se mantenga, unos por mantener una política barata y otros por estar agrandando su capital.

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