El mundo se rindió a los pies del irlandés Carl Frampton la noche del pasado 30 de julio al vencer al mexicano Leo Santa Cruz. Nadie lo tenía contemplado, ni siquiera los expertos, que “The Jackal” se metiera dentro del bolsillo al “Terremoto”, las predicciones hablaban de que sería una pelea difícil —tal como lo fue—, pero ninguno contempló la sorpresa.
Este 28 de enero es la revancha y la primera pregunta que surge es si ¿podrá Santa Cruz cambiar los esquemas, borrar el anterior, imponer la distancia para que su mano sea levantada? Habiendo visto el primer combate —en el que Frampton le leyó las embestidas previamente, golpeando al contraataque y sacando la mayor parte del pastel en la pelea en corto—, el mayor cuestionamiento es este: ¿Podrá Leo?
“Fue muy difícil de perder por primera vez. Me decepcionó y sé que probablemente decepcioné a mis fanáticos, aunque recibí mucho apoyo, y eso me hizo sentir mejor. Sin duda, tengo que ser más inteligente en esta pelea. Tengo que ser más paciente”, dijo Santa Cruz a Premier Boxing Champions esta semana.
Carl Frampton, logrando una decisión mayoritaria a su favor sobre el tricampeón mundial azteca, se consagró monarca en dos divisiones y más allá de ese éxito personal, le hirió la estima a su oponente, quien para entonces sufría con el anuncio de que a su padre le habían detectado cáncer.
“Creo que voy a conseguir otra victoria sobre Leo”, dijo Frampton, consultado ahora.
¿Qué será diferente?
El boxeo es golpeo con estrategias. Santa Cruz es un peleador acostumbrado a marcar la distancia, a rayar los espacios y a conducir los momentos de ataques, aprovechándose, claro está, de las claras diferencias de alcance (175 centímetros) y tamaño (171) sobre sus rivales. Pero Frampton le rompió esa lógica.
Con rapidez de manos y piernas, escapando con pasos laterales frente al ataque, aunque con un chasis más pequeño (165 centímetros) y ampliamente superado en el alcance (157 cm), Frampton invitó a Santa Cruz a la desesperación, cerrándole los espacios y presionándolo en corto.
Es decir, a base de velocidad, el irlandés desdibujó las diferencias de tamaño, su estrategia más que astuta, terminó por darle la victoria.
“Si consigo vencerlo, felizmente permitiría una tercera pelea entre nosotros. Frampton es un contragolpeador, solo debo hacer ajustes en la distancia, y dejar que aparezca el terremoto, el cual yo soy”, remató Santa Cruz.