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Fitness

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Fitness: dosis mínima

Así funciona: Te vas a sentar y vas a plantear tus metas. Una vez que las tengas, planeas el panorama ideal o el plan que vas a seguir cuando todo en la vida marche bien.

Esto es lo que ocurre cuando el 99 por ciento de las personas inician una rutina de fitness:
1-Escogen una meta.
2-Formulan ideas de cómo lograr sus metas.
3-Crean un plan demasiado ambicioso para alcanzar su meta.
4-Rápidamente se dan cuenta que su plan ambicioso no es sostenible (debido a limitaciones físicas y/o mentales, conflictos de horarios o ambos).
5-Entra la frustración por la falta de habilidad de seguir con el plan ambicioso.
6-Se da por vencido.

En la vida real eso se mira así: Juan, quien nunca se ha ejercitado en su vida, decide que quiere perder grasa corporal y para eso va a tener que comer menos y aumentar su nivel de actividad física (haciendo ejercicio cardiovascular y entrenamiento de resistencia). Juan, quien tiene un horario de trabajo saturado y tres niños en casa, se compromete a ejercitarse seis veces a la semana por medio de entrenamiento de resistencia cada semana, junto con cuatro días de ejercicio cardiovascular (algunas de esas sesiones serán el mismo día de su entrenamiento de resistencia) y va a cortar el consumo total de carbohidratos.  Juan intenta esto por dos semanas y se da cuenta que su tiempo libre lo está pasando en el gimnasio y no con sus hijos. Está constantemente cansado, irritable y su desempeño laboral se viene abajo porque la poca energía mental que le queda (la cual no es mucha) la está dividiendo entre sus antojos por carbohidratos y todas las razones que se le pueden venir a la mente para renunciar a esta locura.  Juan continúa por dos semanas más. Juan se agota, empieza a odiar el gimnasio, decide que perder grasa en realidad no vale el sacrificio que está realizando para hacerlo. Juan se da por vencido.

La situación de todo el mundo es diferente, pero situaciones similares a estas le pasan a la mayoría que inicia su viaje fitness por el siguiente motivo: La mayoría tiene una mentalidad de “todo o nada”. En vez de entrenar tres veces a la semana queremos entrenar siete y en vez de reducir calorías por 300 queremos reducir 1,000.

Estamos constantemente empujando los límites de lo que somos capaces, y aunque inherentemente no es algo malo, el creer que el éxito depende de mantener esa mentalidad de todo o nada sí es malo porque al menos que tu vida gire alrededor del fitness (la mayoría de las personas no entran en esta categoría), no vas a poder mantener ese tipo de nivel de intensidad por mucho tiempo.

¿Por qué? Sencillo, la vida es impredecible. Y estas fuerzas impredecibles nos obligan a tener periodos donde podemos ir al límite con aquel esfuerzo nivel súper humano y periodos donde tenemos que bajarle el gas y mostrar un esfuerzo promedio.

Debido a esto yo te recomiendo implementar algo llamado la dosis mínima. Para nada un concepto nuevo, de hecho no es ni mío, se lo estoy robando a un sinnúmero de entrenadores amigos míos que son mucho más inteligentes que yo.

Así funciona: Te vas a sentar y vas a plantear tus metas. Una vez que las tengas, planeas el panorama ideal o el plan que vas a seguir cuando todo en la vida marche bien. Esta es la dosis máxima de trabajo que puedes manejar y te permitirá ir avanzando hacia tus metas de manera más rápida.

Luego crea el plan aceptable o el plan que seguirás cuando la vida no esté dentro de tu rutina, por ejemplo, enfermedad (tuya o de un ser querido), viajes, sobrecarga laboral, exámenes finales). Este plan es la dosis mínima de trabajo que vas a aceptar y aunque no te va a avanzar hacia tu meta tan rápido, te permitirá continuar dando esos pequeños pasos hasta que puedas retomar tu rutina normal.

Un ejemplo real de esto es: la meta de Juan es perder de 10 a 15 libras de grasa corporal.

El plan ideal consiste en: entrenamientos de resistencia 3-4 días a la semana.

Ejercicio cardiovascular 2-3 días a la semana.

Comer un déficit calórico de 500 calorías permitiéndole perder una libra por semana.

El plan aceptable de Juan es: entrenamientos de resistencia dos días a la semana.

Ejercicio cardiovascular un día a la semana.

Consumir calorías a nivel de mantenimiento de manera que no pierde ni gana peso.

¿Por qué es importante este segundo plan? Porque es adaptable. Y mientras más adaptable sea a uno, más sencillo será el ser consistente. Y al final del día, la consistencia es la clave para alcanzar tus metas, ya sea en fitness o a nivel personal.

El esfuerzo sin la consistencia no sirve de nada.

Espectáculo fitness metas salud archivo

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