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Nica Act

LA PRENSA/Óscar Navarrete.

Enrique Sáenz: “Ortega está en franco declive”

El exdiputado opositor Enrique Sáenz analiza el informe de la OEA y las consecuencias económicas de la disminución de la cooperación Venezuela-Nicaragua.

El exdiputado opositor Enrique Sáenz asegura que aunque el informe de la OEA no tuvo la mano dura que se esperaba, no debe considerarse como una batalla perdida. Pues quien lo elaboró fue Luis Almagro, el secretario general, pero este no es más que un funcionario de alto rango, explica Sáenz. Aún queda el consejo permanente de la OEA, integrado por los representantes de los Estados que forman parte de esta. Si se ve de esa forma —aclara Sáenz—, Ortega está bastante solo, por los cambios que se han producido en los gobiernos de izquierda en los últimos años de la política latinoamericana. Sáenz considera que el gobierno de Ortega está en declive.

La disminución de la cooperación venezolana está golpeando uno de sus fuertes, que es el crecimiento económico, aunque el exdiputado también duda de eso, porque él mismo ha hecho comparaciones, y asegura que para el tiempo que Daniel Ortega lleva en el poder, esos porcentajes de crecimiento no son nada extraordinarios.

¿Qué esperaba usted del informe de la OEA?

Lo primero que tenemos que estar claros es que la primera cuota de responsabilidad en resolver los problemas de los nicaragüenses somos nosotros. La comunidad internacional puede favorecer o puede obstaculizar las luchas por la democracia. Y en ese marco la OEA ha jugado en distintos momentos de la historia de Nicaragua distintos roles. Yo nunca pensé que la OEA iba a resolver los problemas de democracia que hay en Nicaragua, pero es un factor con el que hay que contar, porque con relación al anuncio que se hizo recientemente hay que situarlo en perspectiva: el primer lugar, es un acuerdo entre el secretario general (Luis Almagro), que es un funcionario, con el Gobierno de Nicaragua. Pero el secretario general de la OEA no es la OEA. El máximo órgano de la OEA son los estados miembros de la OEA. Y están representados en el consejo permanente de la OEA. Y en ese escenario, con los cambios políticos que se produjeron en América Latina en los años recientes, Ortega tiene un ambiente adverso. No podemos identificar a Almagro y su acuerdo con Ortega con la OEA y el rol que puede jugar la OEA a través del consejo permanente y los estados miembros de cara a las realidades de Nicaragua.

¿Usted cómo vio el informe de la OEA y el Gobierno de Nicaragua?

Una batalla si uno la da por perdida, ya la perdió. Y aquí frente al régimen dictatorial de Ortega nosotros tenemos que contar con el frente internacional. Contar también con una perspectiva de largo plazo. Yo creo que a Almagro hay que situarlo en el marco de la OEA y revisando el acuerdo, que además no está escrito en piedra ni es el único acto, al señor Almagro hay que decirle: “Está bien, señor Almagro, usted llegó a un primer acuerdo con Ortega y usted ha proclamado que su propósito es que se cumpla la normativa interamericana. Bueno, aquí acaba de salir el informe de transparencia internacional que coloca a Nicaragua como el tercer país más corrupto de América Latina, el más corrupto de Centroamérica y el 93 por ciento de los empresarios nicaragüenses dicen que el principal obstáculo para sus negocios es la corrupción. Y usted, señor Almagro, tiene una convención interamericana anticorrupción. Inclúyalo en el contexto de sus conversaciones con Ortega. Señor Almagro, usted tiene una convención sobre derechos humanos, y aquí en sus narices el primero de diciembre el régimen estaba violentando los derechos humanos de miles de campesinos. Bueno, en sus conversaciones sucesivas con Ortega incluya el tema de los derechos humanos. Señor Almagro, a usted le consta que es esencial frente a un régimen dictatorial, reivindicar la independencia de los poderes, y usted en su acuerdo no colocó ni una sola palabra sobre la independencia, en sus conversaciones con Ortega, inclúyalo. Señor Almagro, usted dice y firmó en este primer acuerdo que van a hacer consultas técnicas con otros sectores, esto no es de hacer consultas técnicas ni de recibir insumos, este es un asunto de dar participación política a los distintos actores”. Estamos hablando del destino de un pueblo, entonces a mí me parece que nosotros no podemos limitarnos a agarrar a pedradas a Almagro, sino que tomar este frente como frente de lucha, no renunciar ni alentar expectativas, pero tampoco resignarnos. En esto Ortega es un ejemplo. No da ni una sola batalla por perdida. Y si pierde una sigue con la otra, entonces nosotros no podemos dar ninguna batalla por perdida.

Algunos sectores esperaban que el informe de Almagro fuera un poco más mano dura con Ortega.

Habría que decir al señor Almagro que consciente o inconscientemente está jugando el juego de Ortega para que lo robado, robado esté y que la farsa electoral de noviembre quede enterrada. Esta es una lucha, esta es una batalla y tenemos que seguirla dando.

¿Usted cree que Almagro legitimó las elecciones y este periodo de Daniel Ortega?

Lo que pasa es que la legitimidad de un proceso como este solo la podemos dar los nicaragüenses. No hay ningún factor externo que pueda legitimar lo que los nicaragüenses rechazan. Lo que tenemos que hacer es, ya se dio la mayor muestra de ilegitimidad con la masiva abstención electoral el 6 de noviembre, dar pasos adicionales para mostrar que la ilegitimidad tiene consecuencias en la vida de los nicaragüenses. Tenemos que dar otras muestras de rechazo al régimen, conscientes de que ahora la mayoría está opuesta al régimen. Lo que se demostró en esas elecciones es que este régimen solo es respaldado por una minoría y una minoría menguante.

La mayoría está opuesta al Gobierno, pero no está precisamente con algún partido de oposición.

Exactamente. Ese es uno de los desafíos de las fuerzas políticas opositoras organizadas. Cómo ofrecer a la población una alternativa confiable que despierte el entusiasmo, las esperanzas y la adhesión de la gente. Con una estrategia adecuada, solo así se puede enfrentar un régimen como este.

¿Después de ese informe va a seguir contando con la OEA como parte de la lucha anticorrupción en Nicaragua?

El informe o este acuerdo de Almagro es parte de la historia pero no es toda la historia. Aquí están los representantes de los estados en el consejo permanente que van y que tienen que ser parte de este proceso. El frente internacional no se agota en seis páginas que concertó Almagro con los representantes de Ortega. La lucha internacional es mucho más que eso, y debemos seguirla dando.

¿Qué cree usted que pueda pasar con la “Nica Act” después de este informe de la OEA?

Obviamente el objetivo primario de Ortega es ofrecer elementos a sus cabildeadores en Washington para que intenten neutralizar la “Nica Act”. Me parece que es un tema que está en el Congreso norteamericano. Me parece que difícilmente los congresistas norteamericanos que están comprometidos con esta iniciativa se van a dejar embobar con las seis páginas que suscribió Almagro con Ortega.

¿O sea que aún le ve chance?

No veo ningún elemento que indique que estas seis páginas vayan a neutralizar la voluntad de los parlamentarios norteamericanos que están promoviendo esta iniciativa.

¿Y con Donald Trump qué posibilidades cree que tiene de que se apruebe?

Lo que aparece en los medios, lo que prevalece en el planeta, es un signo de interrogación. Todavía no hay suficientes elementos como para concluir exactamente cuál va a ser la política exterior del presidente de Estados Unidos hacia América Latina, ni fue explícito en su campaña electoral ni ha sido explícito más que sobre temas de México, comercio y migraciones. Pero en términos de política hacia América Latina probablemente eso va a estar asociado a la designación del subsecretario para asuntos hemisféricos del departamento de Estado. Y esa designación no se ha producido.

 

Ortega y el régimen ya no puede dar más de lo que dio y entra en una fase de declive. Él ya no puede hacer ni siquiera más de lo mismo. Porque hasta ahora se basaba en un discurso populista hacia los pobres. Quimeras y ofertas de que iba a caer el Maná del cielo y que íbamos rumbo al paraíso con los grandes megaproyectos. Eso ya la gente dejó de creerlo, Enrique Sáenz, exdiputado opositor de la Asamblea Nacional. 

Enrique Sáenz. LA PRENSA / Óscar Navarrete.
Enrique Sáenz. LA PRENSA / Óscar Navarrete

Y hablando de Latinoamérica ¿cómo está afectando la situación de Venezuela a Nicaragua?

Yo creo que el régimen de Ortega ya entró en franco declive. No está en una crisis del nivel de Venezuela pero sí ya agotó todas sus posibilidades. Primero porque las condiciones con las que Ortega comenzó a gobernar se fueron quedando en el camino. De tal manera que la gente empieza a sentirlo pero no es suficientemente claro cuál es el origen del malestar. Disminuyeron los flujos de la cooperación petrolera venezolana, Venezuela dejó de ser el segundo mercado de destino de las exportaciones de Nicaragua. Ese deterioro de la situación económica empieza a traducirse en malestares a nivel social. Y sin el apoyo económico de Venezuela que había tanto en el plano financiero como el comercial y tratando ya de un régimen minoritario, Ortega prácticamente está más aislado a nivel internacional y a nivel latinoamericano. Solo el acto de toma de posesión y quiénes vinieron y cuántos vinieron es una evidencia para darse cuenta del nivel de aislamiento que tiene Ortega. Por eso digo, el acuerdo de Almagro es una parte nada más.

¿En la parte económica con qué cosas podemos decir fácilmente: “Esto ya no está porque se acabó la cooperación venezolana”?

Las exportaciones que se realizaban a precios favorables, eso representaba ingreso para los productores, empleo y actividad económica. Ese impacto es difícil que la gente lo vea, pero si se dejó de exportar los 400 y pico millones de dólares que se exportaban a Venezuela y ahora no se exportan hacia otros países, entonces eso tiene una repercusión. Lo que ocurre es que la gente aún no llega a asociar una cosa con la otra. Resiente el impacto pero no logran identificar de dónde viene el golpe. El deterioro económico se puede ver también a nivel de trabajadores, que todavía el régimen dispone de mecanismos para sofocar estas expresiones de malestar. Para mí uno de los principales indicadores del estado de la economía es la fila que uno puede seguir viendo en el Consulado de Costa Rica. Gente que, o tienen salarios insuficientes, o no tiene acceso al empleo y tiene que buscarlo en otros lados.

¿Hasta el momento podría decirse que las afectaciones no han sido tan drásticas?

Ortega y el régimen ya no puede dar más de lo que dio y entra en una fase de declive. Él ya no puede hacer ni siquiera más de lo mismo. Porque hasta ahora se basaba en un discurso populista hacia los pobres. Quimeras y ofertas de que iba a caer el maná del cielo y que íbamos rumbo al paraíso con los grandes megaproyectos. Eso ya la gente dejó de creerlo. Y con la disminución de la cooperación petrolera, esta capacidad que tenía de acompañar con migajas los discursos y las mentiras pues cada vez las migajas son menos.

¿Tiene que ver el bajo precio del petróleo con el impacto que ha tenido la disminución de la cooperación en Nicaragua?

La baja en los precios internacionales por el mecanismo de cooperación que era el cincuenta por ciento del crédito del precio del valor del petróleo. En términos de recibir recursos líquidos, esos recursos se han disminuido a la mitad. La camarilla gobernante que controla el negocio lo que ha hecho es reponer lo que ha dejado de percibir en términos de cooperación, con los bolsillos de los nicaragüenses y vender el combustible más caro de Centroamérica. Es un atraco.

¿Es una forma de amortiguar el golpe de la cooperación?

Pero para su beneficio. Para evitar que esta acumulación de capital privado que estaban haciendo con los fondos, ahora completarlos sacándolos de los bolsillos de los nicaragüenses, por la vía del combustible y por la vía de las tarifas eléctricas.

La imagen que se vende del crecimiento económico es uno de los fuertes de Daniel Ortega.

Eso es parte de lo que hay que ir desentrañando. Daniel Ortega tiene diez años en el poder. Es el equivalente a dos periodos presidenciales y a la mitad de otro. En la propaganda oficialista y como no hay un contradiscurso que lo niegue, aparece el crecimiento económico como una gran victoria de Ortega. La primera cuestión que hay que decir es que cuando uno compara los diez años anteriores al gobierno de Ortega la economía nicaragüense creció un poco más en promedio. Y aquí aparece como que es un crecimiento único en la historia del país.

¿El MRS va a seguir buscando la personería?

Si Ortega tiene algún impulso de restituir personalidad jurídica a partidos de oposición el MRS es el más fácil, porque basta que dé una instrucción para que salga una sentencia restableciendo la personalidad jurídica. Lo de participar o no en unas elecciones dependería de las condiciones. Si hay condiciones, yo digo que sí hay que participar.

¿Qué condiciones serían esas?

Que aseguren que se respete la voluntad popular. Con ese sistema electoral no hay manera que hayan elecciones. Excluyendo a fuerzas políticas, tampoco hay elecciones. Sin observación electoral independiente tampoco podemos hablar de elecciones confiables. Sin intimidación y amedrentamiento a la población.

En el informe la OEA dijo que iba a haber acompañamiento. Si el MRS consigue la personería, aunque no haya cambios en el Consejo Supremo Electoral, ¿participarían en las elecciones?

Son condiciones insuficientes. La OEA y la Unión Europea observaron las elecciones y Ortega se las robó. La observación electoral es insuficiente.

 

Plano personal

Enrique Sáenz Navarrete asegura que ya dobló la “curva de los 60” y es todo lo que puede decir.
Es de Corinto, Chinandega.
Estudió Derecho en la UNAN- León y Economía en la UNAN-Managua, y realizó estudios en Ciencias Políticas en Venezuela.
Fue diputado opositor en la Asamblea Nacional durante 10 años.
Le gusta bailar merengue, salsa y reguetón.
Sus hobbies son trotar, oír música, ver deportes y leer.
En el futbol apoya al Barcelona y en beisbol a cualquiera que juegue contra los
Yankees.

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COMENTARIOS

  1. Allahu Akabar
    Hace 7 años

    El compa Saenz está equivocado porque jamás el inconstitucional estuvo más fuerte. Solo miren que en la asamblea, CSJ, CSE no hay un solo opositor; y para remate a la OEA la tiene en la bolsa.

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