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El presidente designado por el CSE, Daniel Ortega, junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. LA PRENSA/ARCHIVO

Señalan más vacíos en acuerdo de OEA con gobierno

El acuerdo entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Daniel Ortega, que el pasado 20 de enero abrió la posibilidad que ambas partes trabajen en cambios técnicos en el sistema electoral, continúa provocando inconformidad.

El acuerdo entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Daniel Ortega, que el pasado 20 de enero abrió la posibilidad que ambas partes trabajen en cambios técnicos en el sistema electoral, continúa provocando inconformidad.

El dirigente empresarial Yalí Molina, vicepresidente de la Asociación de Cámaras de Comercio de América Latina y el Caribe (AACCLA), encontró el informe lleno de “palabrería” cuando faltan menos de un mes para que se dé a conocer el memorándum de entendimiento que revelará la temática que trabajarán ambas partes.

“Yo me tomé el tiempo de leer detenidamente el acuerdo que sacó la OEA y el gobierno de Nicaragua y encontré muchas palabrerías, muchas dulzuras”, dijo Molina.

Sectores políticos de la oposición han lamentado que la OEA no acordó con el gobierno de Daniel Ortega, presidente designado por el Poder Electoral, temas como la farsa electoral del proceso en el que el caudillo sandinista se reeligió en noviembre pasado sin contendientes, después de una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que sacó del juego electoral a la oposición. El poder judicial es controlado por el partido de gobierno.

Lea más en: Ortega le saca tres años a OEA

Pero además públicamente se ha cuestionado la falta de credibilidad del Consejo Supremo Electoral (CSE), señalado de perpetrar fraudes desde 2008 a favor del sandinismo, junto con las violaciones a los derechos políticos y civiles en el país. El informe conjunto, entre la OEA y el gobierno de Nicaragua, obvió el alto nivel de abstención en las votaciones.

“Tocaron el transfuguismo, las elecciones municipales (y) tocaron lo que es la cedulación. Es decir, creo que estamos bastante lejos de llegar al fondo de lo que nosotros queremos. Yo entiendo que la OEA no tiene fuerza, pero no creo que esté ayudando mucho a Nicaragua con esa posición de tratar de camuflar lo que realmente nosotros estamos sintiendo, lo que está sucediendo: no tenemos institucionalidad, no tenemos elecciones libres y no tenemos Estado de Derecho”, explicó Molina.

Crecimiento, pero…

A juicio de Molina, el país crece y reconoce que el gobierno de Ortega facilita la inversión para mejorar la economía del país, sin embargo, señala que es necesario que funcione la institucionalidad y el Estado de Derecho y que los Poderes del Estado tengan independencia para que funcionen con transparencia en el país.

“Hace falta institucionalidad, nosotros necesitamos cumplir con nuestra Constitución. Necesitamos un poder judicial totalmente imparcial que juzgue en base a la Constitución y a las leyes del país. Necesitamos nosotros la protección a la propiedad privada, necesitamos tener representante en la Asamblea Nacional, donde nosotros podamos acudir, necesitamos tener elecciones realmente creíbles”, añadió Molina.

El diálogo de la OEA con el Ejecutivo de Nicaragua duró noventa días, a partir del veinte de octubre pasado, y fue motivado por un informe no público del organismo sobre la situación política del país.

Personas honestas en el CSE

Las presiones sociales en el país no han tenido efecto para que en Nicaragua se cambie el sistema electoral y de acuerdo con Molina, en esa institución se necesitan funcionarios honestos.

“Yo no creo en partidos, yo creo en personas honestas, pueden ser sandinistas, conservadoras, pueden ser liberales; gente de que va a contar tu voto, gente que te va dar todas las facilidades por igualdad y vamos a tener unas elecciones creíbles, es algo que hemos soñado por tanto tiempo, tener representantes del pueblo y que su misión sean elecciones creíbles”, reflexionó Molina.

El dirigente dijo que comprendía la posición del sector privado en torno a los problemas institucionales del país.
“Tenés una oposición dividida; estamos nosotros enfrascados en que Nicaragua progrese, traer inversiones y para eso necesitás caer en las manos del gobierno”, dijo el dirigente empresarial.

La necesidad del diálogo

“Somos los nicaragüenses quienes debemos resolver nuestros problemas y la manera de resolverlos debe ser un diálogo y ese diálogo debe hacerse entre la oposición; no pueden seguir dividida, tienen que dar el ejemplo, llegando a un acuerdo y con las divergencias que tengan llegar al bien común. Ellos tienen que ser una sola fuerza y ser una oposición constructiva”, fue el llamado de Yalí Molina, al sector de la oposición.

Lea además: Actuar de OEA en Nicaragua es “muy ambiguo”

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